Mientras las autoridades minimizan la situación, la violencia en Culiacán sigue desbordada: civiles armados irrumpen en casas, atacan a militares frente a la Novena Zona, abandonan violencia agresivos junto a posibles restos humanos y la ciudadanía sobrevive entre miedo y negocios cerrados.

Culiacán, SIn.- En Sinaloa, la espiral de violencia ha alcanzado un nuevo umbral de brutalidad. Durante la madrugada, presuntos integrantes del grupo de “El Mayito Flaco” irrumpieron en domicilios sin importar la presencia de civiles, y asesinaron a balazos a un hombre mientras convivía en la banqueta frente a su casa en el fraccionamiento Lomas del Sol, en Culiacán.

Este hecho, ocurrido alrededor de las 3:00 de la mañana, es solo una parte del clima de terror que impera en la ciudad. Horas antes, tras una inspección sorpresa en un inmueble, autoridades encontraron y rescataron a 14 felinos extremadamente agresivos que fueron abandonados en el sitio. El hallazgo se dio luego de que patrullas observaran salir camionetas a gran velocidad desde el terreno contiguo. Al ingresar, no sólo descubrieron a los animales: también se localizaron huesos que podrían ser humanos en tres áreas distintas del lugar.

La violencia organizada no distingue ni a las fuerzas armadas. Elementos del Ejército Mexicano fueron atacados a balazos la tarde del domingo frente a las instalaciones de la Novena Zona Militar, en Culiacán. En el momento del ataque, los soldados trasladaban en ambulancia a cuatro compañeros con graves quemaduras sufridas en una explosión. Los heridos habían llegado vía helicóptero y eran conducidos al hospital del ISSSTE cuando un grupo armado interceptó el convoy.

Durante la agresión, la ambulancia recibió múltiples impactos de bala. Aunque no se reportaron nuevos lesionados ni detenciones, el hecho expuso nuevamente la fragilidad de la seguridad incluso en zonas consideradas de alta protección militar. La zona fue resguardada por personal castrense, y la ambulancia fue retirada bajo custodia del Ejército. No hay información oficial sobre los agresores, ni se ha confirmado si hubo operativo alguno tras su huida.

Y mientras el gobierno estatal insiste en que “no pasa nada”, en Culiacán docenas de negocios más han cerrado sus puertas tras más de siete meses de vivir bajo el temor constante. La población experimenta un deterioro acelerado de la vida cotidiana mientras los responsables de garantizar la seguridad guardan silencio o minimizan los hechos.

El mismo día, elementos vinculados a la seguridad de Omar García Harfuch fueron atacados a balazos en el malecón nuevo, frente al centro comercial Fórum. El saldo fue de dos agentes heridos y una camioneta asegurada. De nuevo, los agresores escaparon.

La acumulación de estos hechos apunta a una crisis que se profundiza en Sinaloa, donde el crimen organizado opera con niveles alarmantes de impunidad y el aparato estatal parece incapaz o desinteresado en revertir la situación. La sociedad, entre el miedo y el silencio oficial, es la única que sigue pagando el precio.