Más de 20 mil fieles y más de 110 cardenales acompañaron este 27 de abril el emotivo homenaje al Papa Francisco, rezando ante su tumba en Santa María la Mayor, en una despedida histórica antes del inminente Cónclave.
InfoStockMx - Roma vivió esta tarde una escena de fuerte carga histórica y espiritual. Los cardenales reunidos en las Congregaciones Generales procesionaron solemnemente hacia la Basílica de Santa María la Mayor para visitar la tumba del Papa Francisco y celebrar las Segundas Vísperas en su honor. Presidió la ceremonia el Cardenal Rolandas Makrickas, ante una multitud que desde la madrugada hacía fila para rendir tributo.
Entre los presentes destacó Carmelina Mancuso, conocida como «la señora de las flores amarillas», quien lloró desconsoladamente mientras depositaba un ramo amarillo junto a la lápida de mármol blanco con la inscripción Franciscus. La mujer, a quien el Papa había mencionado afectuosamente semanas antes de su muerte, fue autorizada a acercarse hasta la tumba, en un gesto excepcional de la seguridad vaticana.
Desde las 7:00 horas, más de 20 mil personas desfilaron frente a la tumba ubicada en un espacio blanco, minimalista y sereno, decorado con rosas blancas y amarillas. El ambiente, entre oraciones susurradas y discretos sollozos, fue resguardado por una estricta pero respetuosa vigilancia.
A las 16:00 horas, los cardenales llegaron en autobuses procedentes del Aula Pablo VI. Tras atravesar la Puerta Santa, uno a uno, o en pequeños grupos, se detuvieron ante el sepulcro: algunos recitaron el Ave María, otros se santiguaron o simplemente guardaron unos instantes de silencio. Aquel que podía, se arrodillaba brevemente.
El Cardenal Santos Abril y Castelló, quien acompañó al Papa Francisco en su primera visita a esta basílica tras su elección en 2013, tuvo un momento privado de oración antes de la procesión principal.
La Capilla Paulina, donde se encuentra el icono de la Salus Populi Romani —testigo de los incontables actos de devoción de Francisco— acogió a los cardenales en oración silenciosa. En este lugar, tantas veces visitado por el pontífice, elevaron plegarias para encomendar su alma al Señor Resucitado.
Durante las Vísperas, presididas por el Cardenal Makrickas, distintas voces elevaron oraciones en múltiples idiomas. Rezaron para que el Papa Francisco sea recibido en la morada de la luz y de la paz, mientras los fieles seguían ingresando ordenadamente a la basílica, en medio de cantos de salmos y un flujo constante de visitantes.
La ceremonia duró alrededor de media hora. Esta noche, Santa María la Mayor permanecerá abierta hasta las 22:00 horas, permitiendo que los fieles sigan expresando su amor y gratitud. Mañana, los cardenales reanudarán sus sesiones preparatorias para la elección del 267º Sucesor de Pedro.
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