Una investigación de The Wall Street Journal revela cómo Elon Musk, asesor del presidente Donald Trump, estaría reclutando mujeres para formar una “legión” de hijos con el objetivo de enfrentar un supuesto apocalipsis demográfico. Acuerdos millonarios, cláusulas de silencio y una visión poblacional inquietante se entrelazan en esta historia que parece ficción.

InfoStockMx - En una mezcla de ciencia ficción, obsesión natalista y cálculo geopolítico, Elon Musk vuelve a ser el centro de una controversia sin precedentes. El diario The Wall Street Journal (WSJ) publicó este miércoles una investigación que detalla las presuntas estrategias del magnate para tener la mayor cantidad posible de hijos, en lo que describe como una “legión” destinada a repoblar el planeta antes del apocalipsis.

La historia se entrelaza con Ashley St. Clair, influencer en redes sociales y madre de uno de los hijos de Musk. Según el diario, el empresario envió mensajes durante su embarazo en los que afirmaba necesitar más mujeres para tener hijos “más rápido”. Uno de los textos citados por WSJ es elocuente: “Para alcanzar el nivel de legión antes del apocalipsis, necesitaremos usar madres sustitutas”.

El trasfondo es una teoría impulsada por Musk: la civilización está en peligro debido al descenso en las tasas de natalidad. Para contrarrestarlo, propone una repoblación masiva con individuos de “alta inteligencia”, en contraste —según sus propias críticas filtradas por WSJ— con las altas tasas de natalidad en países del “tercer mundo”.

Esta narrativa coincide con otra de sus obsesiones: la colonización de Marte. Musk colabora con la NASA en el desarrollo de misiones espaciales, pero mientras mira al planeta rojo, también parece obsesionado con la Tierra y su “declive genético”. Según el informe, actualmente tiene al menos 14 hijos, aunque fuentes cercanas afirman que la cifra podría ser aún mayor.

La investigación sostiene que Musk usaría su plataforma, X, para reclutar potenciales gestantes, a quienes ofrecería acuerdos confidenciales millonarios. A St. Clair, por ejemplo, se le habría ofrecido un pago único de 15 millones de dólares y una mensualidad de 100 mil dólares a cambio de silencio, según declaraciones de Jared Birchall, descrito como el “arreglador de confianza” del empresario.

El contrato contenía además una cláusula para evitar cualquier intento de desprestigiar públicamente a Musk. Sin embargo, St. Clair habría rechazado el acuerdo, argumentando que deseaba preservar la identidad y bienestar de su hijo, fuera del mito o la sombra de su padre. Tras la revelación pública del nacimiento, los pagos se redujeron a 40 mil y luego 20 mil dólares mensuales.

En marzo, Musk reconoció haber realizado pagos, pero sembró dudas sobre su paternidad: “No sé si el niño es mío o no, pero no me opongo a averiguarlo. No se necesita una orden judicial. A pesar de no estar seguro, le he dado a Ashley $2.5M y le envío $500k/año”, escribió en X.

Sin embargo, según WSJ, una prueba de paternidad mostró una probabilidad del 99.999% de que Musk sea el padre.

Más allá del espectáculo mediático, lo que se configura es una visión demográfica radical que mezcla futurismo, eugenesia velada y poder económico. ¿Misión filantrópica o ejercicio de control social a escala biológica? En el universo Musk, la línea entre la realidad y la distopía se vuelve cada vez más difusa.