Más de 40 incendios han devastado áreas naturales de Tlaxcala en lo que va del año, sin que la administración estatal despliegue una estrategia efectiva. La ausencia de la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros agrava una crisis que ya ha puesto en riesgo a comunidades enteras.
Atltzayanca, Tlax.- El territorio de Tlaxcala enfrenta una emergencia ambiental de grandes proporciones, pero su gobierno parece vivir en otra realidad. Entre quemas indiscriminadas de pastizales e incendios forestales fuera de control, los siniestros superan la cuarentena solo en los primeros meses del año. El más reciente, en Altzayanca, volvió a encender las alarmas, pero el silencio de las autoridades ha sido ensordecedor.
La gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros no ha emitido un solo mensaje contundente de prevención. No hay campañas en medios tradicionales, ni una estrategia visible en las calles, ni una acción de coordinación amplia con los municipios afectados. Su ausencia en la crisis no solo deja un vacío de liderazgo: representa un acto de desdén hacia los ciudadanos que enfrentan día a día las llamas.
Lo poco que se hace, se limita a publicaciones en redes sociales. Pero en Tlaxcala no todos los habitantes tienen acceso a Internet. El gobierno parece haber reducido su acción pública a los clics y las reacciones, como si la emergencia pudiera combatirse desde una cuenta verificada.
Aún más alarmante es el trato hacia los brigadistas y voluntarios, hombres y mujeres de comunidades que, ante la inoperancia oficial, han tomado la iniciativa y luchan contra el fuego sin recursos, sin equipo, sin apoyo institucional. No hay reconocimientos, ni estímulos, ni protocolos claros que les respalden. Ni siquiera una palabra de aliento.
Las redes sociales han comenzado a documentar esta falta de liderazgo. El calificativo de “frívola y ausente” se repite con frecuencia en comentarios y publicaciones que exhiben a una administración distraída, más preocupada por la pose que por las emergencias reales.
La situación demanda acciones inmediatas, no posturas tibias ni indiferencia. Tlaxcala necesita:
- Un plan integral de prevención y combate de incendios.
- Apoyo logístico y económico para brigadistas y voluntarios.
- Transparencia en el uso de recursos destinados a la emergencia.
- Rendición de cuentas ante la evidente omisión de responsabilidades.
En medio del fuego, la falta de acción es también una forma de corrupción.
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