La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que existen pruebas contundentes que vinculan a los hermanos Uruviel y Giovanni González Vieyra con actividades delictivas en el estado de Puebla.

Puebla de Zaragoza, Pue.- En su conferencia matutina, la presidenta Claudia Sheinbaum dejó claro que su detención no fue parte de un operativo federal, sino el resultado de una investigación realizada por la Fiscalía General del Estado (FGE). "Si hay una investigación sobre un hecho delictivo y se encuentra que hay autoridades involucradas, se prosigue, sea a nivel estatal o federal", señaló.

La reciente detención de los hermanos González Vieyra ha destapado una red de corrupción, abuso de poder y vínculos con el crimen organizado que se ha enquistado en Puebla durante décadas. Uruviel y Giovanni, presidentes municipales de Chalchicomula de Sesma y Tlachichuca, fueron arrestados junto con su padre, Ramiro González Navarro, en un operativo que puso en evidencia la impunidad con la que operaban. Mientras tanto, el tercer hermano, Ramiro González Vieyra, alcalde de San Nicolás Buenos Aires, logró evadir la captura gracias a la intervención de un grupo de pobladores.

Las autoridades estatales han señalado que los hermanos González Vieyra están presuntamente involucrados en delitos como robo a transportistas, posesión ilegal de armas y tráfico de animales exóticos. De acuerdo con la información que en conferencia de prensa instó a investigar el gobernador Alejandro Armenta el día de ayer, su detención se llevó a cabo en el marco de una investigación que los vincula con hechos delictivos ocurridos en 2017, cuando se ejecutó el ‘Operativo Encrucijada’. Este operativo fue una respuesta al asesinato de tres agentes de la Fiscalía General del Estado, quienes fueron entregados por la policía municipal de Atzitzintla a miembros del cártel ‘Los Bucanans’.

Mafia política municipal

Según la investigación, los agentes fueron posteriormente asesinados por integrantes de ‘Los Zetas’ y sus cuerpos fueron hallados en Maltrata, Veracruz. La captura de los González Vieyra refuerza la hipótesis de que, durante años, han operado como una mafia política con tentáculos en el crimen organizado.

La familia González Vieyra ha mantenido el control político de Tlachichuca por generaciones. Desde 1998, distintos miembros del clan han ocupado la presidencia municipal, consolidando un régimen de cacicazgo en el que el nepotismo y la corrupción han sido la norma. Ramiro Margarito González Navarro, padre de los actuales implicados, fue el primer alcalde de la dinastía. Sus hijos han continuado con la tradición, utilizando sus cargos para fortalecer redes de corrupción y proteger sus intereses personales.

Tras la detención de los hermanos, se ha reportado que grupos de pobladores han sido presionados para manifestarse en su apoyo. Incluso, en redes sociales se denunció que una profesora de una escuela primaria en Chalchicomula de Sesma obligó a madres de familia a asistir a una protesta. El 12 de marzo, cientos de personas bloquearon los accesos del Congreso del Estado durante nueve horas exigiendo su liberación.

Ambos alcaldes fueron trasladados al penal de Tepexi de Rodríguez, donde enfrentan audiencias judiciales. Uruviel González Vieyra ha sido imputado por portación de armas de uso exclusivo del Ejército, mientras que Giovanni enfrenta cargos por encubrimiento y receptación de carga robada. A pesar de los intentos de sus abogados por retrasar el proceso, el próximo 15 de marzo se determinará si serán vinculados a proceso.

Mientras tanto, la impunidad sigue protegiendo a otros miembros del clan. Ramiro González Vieyra, alcalde de San Nicolás Buenos Aires, sigue prófugo, y su padre, Ramiro Margarito, fue puesto en libertad bajo circunstancias poco claras. La pregunta que queda en el aire es si este caso marcará el fin de un régimen de corrupción o si los tentáculos del poder seguirán protegiendo a los caciques de Puebla. El gobernador Alejandro Armenta tiene la palabra.

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