La tragedia golpea a Tlaxcala. La familia de Jacqueline Ailet Meza Cazares confirmó su fallecimiento tras el hallazgo de nueve cuerpos en la supercarretera Cuacnopalan-Oaxaca, en el municipio de San José Miahuatlán. La noticia conmociona y ha reavivado la preocupación por masacres sin sentido.
Tehuacán, Pue.- El pasado 27 de febrero, un grupo de jóvenes tlaxcaltecas desapareció en Huatulco, Oaxaca. Sus familias iniciaron una búsqueda desesperada, recurriendo a redes sociales para obtener información. Uno de los allegados de Jacqueline hizo un llamado a la ciudadanía, pidiendo ayuda para localizarla.
Horas después, la peor noticia se confirmó: Jacqueline estaba entre los cuerpos encontrados en la autopista. La madre de la joven de 23 años identificó a su hija, revelando que había sido privada de su libertad en un negocio de Huatulco.
El hallazgo ocurrió ayer domingo en el kilómetro 83 de la autopista Cuacnopalan-Oaxaca. Las autoridades encontraron un vehículo Volkswagen Vento gris con placas de Tlaxcala, donde se encontraban los restos de cinco hombres y cuatro mujeres.
La escena era aterradora:
- Una lona ensangrentada cubría varios cuerpos.
- En una bolsa se encontraron 16 manos.
- En la cajuela del auto había cuatro cuerpos adicionales y otra bolsa con dos manos más.
Entre las pertenencias de las víctimas se hallaron identificaciones de dos jóvenes con fichas de búsqueda activas:
- Angie Lizeth P. G., de 29 años, vista por última vez en Santa María Huatulco el 27 de febrero.
- Leslie N. T., de 21 años, desaparecida el 28 de febrero en San Pedro Pochutla.
La Fiscalía General del Estado abrió la carpeta de investigación FGEP/CDI/FIM/Homicidios-1/002795/2025 y trasladó los cuerpos al anfiteatro de Tehuacán para realizar las necropsias. Hasta el momento, el móvil del crimen sigue sin esclarecerse pero el brutal asesinato de estos jóvenes ha sacudido a Tlaxcala. Sus familias exigen respuestas y justicia para sus seres queridos, mientras las autoridades continúan con las investigaciones para dar con los responsables de este atroz crimen.
La violencia sigue dejando una huella profunda en México. Las víctimas, jóvenes con sueños y esperanzas, hoy son nombres en una carpeta de investigación.
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