A medida que la fecha del 2 de abril se acerca, la tensión comercial entre Estados Unidos y sus principales socios de América del Norte se intensifica. Donald Trump ha redoblado sus críticas hacia México justo cuando México enfrenta una desaceleración económica que podría convertirse en recesión.

Mexconomy - El mandatario norteamericano acusa a México y Canadá, de aprovecharse del comercio regional imponiendo barreras que afectan la competitividad estadounidense. Su estrategia para contrarrestar esta percepción es la imposición de "aranceles recíprocos", que prometen sacudir las relaciones económicas y agravar la situación de la ya debilitada economía mexicana.

Desde su entrada en vigor en 2020, el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) ha servido como el pilar del comercio norteamericano, facilitando el flujo de bienes y servicios entre los tres países. Sin embargo, Trump ha insistido en que, a pesar del acuerdo, México y Canadá han encontrado formas de hacer trampa en el comercio bilateral, lo que, según él, ha profundizado el déficit comercial de EE.UU.

En entrevista con Fox News, Trump declaró: "Canadá no gasta en defensa, no nos da nada. Son los peores con quien negociar… Y el T-MEC está bien, pero ellos hacen trampa. Un acuerdo es una buena cosa, pero ellos hacen trampa y México también hace trampa", justificando la inminente implementación de aranceles recíprocos.

Uno de los principales argumentos de Trump para endurecer su política comercial es el déficit comercial que Estados Unidos mantiene con sus socios. Según datos de la Oficina del Censo de EE.UU., en 2024 el déficit comercial con México alcanzó los 171 mil millones de dólares, mientras que con Canadá fue de 63 mil millones. Aunque estas cifras reflejan una tendencia histórica en la relación comercial entre los tres países, la retórica de Trump ha convertido estos números en un arma política.

Los aranceles de la administración Trump llegan a la economía mexicana cuando enfrenta uno de sus momentos más complicados en la última década. El crecimiento económico ha sido mínimo en los últimos años y, recientemente, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) advirtió sobre una posible recesión en México para ese año, impulsada por factores internos como la incertidumbre política y la baja inversión extranjera, y externos como la desaceleración global y los nuevos aranceles estadounidenses.

No hay duda. Los aranceles que entrarán en vigor el 2 de abril afectarán a más productos mexicanos que se comercializan dentro y fuera del régimen del T-MEC. Aunque aún no se han revelado los detalles específicos de los bienes afectados, se espera que sectores importantes como el automotriz, el agroindustrial y el manufacturero sean los más golpeados.

Trump se reunió la semana pasada con los presidentes de las compañías más grandes de EE.UU. en el Business Roundtable, donde defendió la necesidad de estos aranceles para corregir lo que considera una competencia desleal. La incertidumbre crece entre los empresarios mexicanos, quienes temen que estas medidas afecten las exportaciones y frenen el poco crecimiento que la economía mexicana ha registrado el 2024.

El proteccionismo económico de Trump no es una novedad para México pero, como país altamente dependiente de sus exportaciones a Estados Unidos, las consecuencias podrían ser devastadoras. Con un crecimiento económico débil y un panorama internacional cada vez más volátil, el país enfrenta un reto monumental: mantener su competitividad mientras navega las turbulentas aguas de la política comercial estadounidense.

A menos de un mes para la implementación de los aranceles recíprocos, la gran incógnita es si el gobierno mexicano tiene herramientas para negociar una solución que minimice los daños o si, por el contrario, el país se encamina hacia una recesión económica profundizada por la incertidumbre y la falta de acuerdos comerciales efectivos.

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