El presidente Donald Trump impuso un arancel del 25 % a los autos importados, pero México podría aliviar parcialmente la medida utilizando los mecanismos del T-MEC, que permiten certificar contenido estadounidense y reducir los costos adicionales.
Mexconomy - La industria automotriz mexicana enfrenta un nuevo desafío con la imposición de un arancel del 25 % a las importaciones de autos en EE.UU., aunque el T-MEC abre una posibilidad para que los fabricantes en México reduzcan el impacto de esta política.
De acuerdo con una hoja informativa de la Casa Blanca, los fabricantes de vehículos en México podrán certificar el contenido estadounidense de sus autos y autopartes para evitar parte del arancel. Esta medida ofrece un respiro a la industria mexicana, ya que permitirá que los automóviles con un porcentaje significativo de componentes de EE.UU. sean gravados únicamente por su contenido no estadounidense.
“Los importadores de autos bajo el Tratado entre EE.UU., México y Canadá (T-MEC) tendrán la oportunidad de certificar su contenido estadounidense, y se implementarán sistemas para que el arancel del 25 % sólo se aplique al valor de su contenido no estadounidense”, señala el documento oficial.
Las autopartes fabricadas en México permanecerán libres de aranceles hasta que el Secretario de Comercio de EE.UU. y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) definan un mecanismo para gravar los componentes con origen externo. Esto da margen a los fabricantes mexicanos para reorganizar sus cadenas de suministro y minimizar el impacto del nuevo impuesto.
El T-MEC, vigente desde 2020 y negociado por Trump en su primer mandato, establece que los vehículos con al menos 75 % de contenido regional pueden quedar exentos de aranceles. Además, fija que el 40 % de cada vehículo debe fabricarse en zonas con altos salarios, lo que ha representado un desafío para México, pero también una oportunidad para ajustar su producción a los estándares requeridos.
“Todos los coches que no se fabriquen en Estados Unidos tendrán un arancel del 25 %”, afirmó Trump en el Salón Oval, elevando la tarifa inicial del 2.5 %. La decisión generó incertidumbre en la industria y provocó caídas en las acciones de fabricantes automotrices, afectando la confianza de inversionistas en México.
Según el Centro de Investigación Automotriz, los nuevos aranceles podrían elevar los precios de los autos mexicanos, reduciendo su competitividad. No obstante, si las empresas logran certificar su contenido estadounidense bajo los términos del T-MEC, podrían mitigar parcialmente el impacto.
En 2024, EE.UU. importó productos automotrices por 474 mil millones de dólares, siendo México su principal proveedor. De acuerdo con Cox Automotive, si no se aplican exenciones, el precio de un auto ensamblado en México podría subir hasta 6,000 dólares. Sin embargo, con el uso estratégico del T-MEC, este incremento podría ser menor, evitando una caída abrupta en las exportaciones mexicanas.
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