La narrativa sobre "granjas de bots" opositoras presentada por el gobierno de Sheinbaum carece de pruebas técnicas, omite datos básicos importantes y se sostiene en conclusiones sesgadas.
InfoStockMx - Este martes, en la conferencia mañanera, Miguel Elorza Vásquez, encargado del "Detector de Mentiras", presentó un informe en el que aseguró que la conversación en redes sociales sobre el hallazgo de un sitio de exterminio en Teuchitlán, Jalisco, fue impulsada artificialmente por "bots". Da pena (ajena). Platiquemos a la presidenta por qué su presentación adolece de graves omisiones técnicas, inconsistencias y afirmaciones sin fundamento que evidencian su verdadero objetivo: la deslegitimación de cualquier crítica a la administración de Sheinbaum.
1. No hay criterios técnicos para identificar bots
Para afirmar que 147.2 mil cuentas en X eran "bots", el gobierno debió haber aplicado métricas verificables como:
- Frecuencia de publicación: Un bot opera con un patrón rígido y constante, con publicaciones cada pocos segundos o minutos.
- Interacciones sospechosas: Las cuentas automatizadas suelen hacer solo retuits o responder con frases repetidas.
- Análisis de red: Se estudia si las cuentas están conectadas entre sí de manera artificial.
- Historial de creación de cuentas: Muchas granjas de bots crean cuentas en grandes volúmenes en periodos cortos de tiempo.
Elorza y su equipo no presentaron ninguno de estos análisis. En su lugar, simplemente afirmaron que eran bots sin exhibir pruebas verificables ni auditorías independientes.
2. Omisión de tendencias orgánicas
Un estudio serio debería comparar la conversación detectada con el comportamiento normal de la plataforma. Esto implica responder preguntas como:
- ¿Cuántas cuentas verificadas participaron en la conversación?
- ¿Cuántas cuentas involucradas en los hashtags sospechosos han participado antes en temas similares?
- ¿Cuántas interacciones fueron espontáneas y cuántas impulsadas por cuentas recién creadas?
El informe a Sheinbaum omite completamente estas comparaciones. Simplemente etiqueta de "bot" cualquier cuenta que haya criticado al gobierno sin establecer criterios confiables.
3. La falacia del "gasto millonario" en guerra sucia
El informe sugiere que la oposición ha invertido 20 millones de pesos en cuatro días y 20 millones de dólares en 130 días para "desprestigiar" a la 4T en redes. Sin embargo:
- No hay pruebas de transacciones reales que vinculen financiamiento con las cuentas que impulsaron los hashtags.
- No explican cómo calcularon esos montos. X tiene tarifas para promover tweets, pero ningún análisis independiente ha reportado cifras similares.
- X, con su IA aplicada a todas las cuentas, habría detectado y bloqueado miles de cuentas si realmente estuvieran operando con tal volumen de gasto en publicidad política.
Sin una metodología clara para determinar costos, estas cifras parecen fabricadas para reforzar la narrativa de "ataque orquestado".
4. Omisión del rol de cuentas oficialistas
Cualquier investigación imparcial debería analizar también las cuentas que apoyan a la 4T y su posible uso de bots para contrarrestar críticas. Sin embargo, el informe ignora por completo la posibilidad de que el gobierno también utiliza estrategias digitales similares para influir en la opinión pública.
5. La IA de X detecta automatización, pero el gobierno no presenta pruebas
X cuenta con sistemas avanzados para detectar y restringir cuentas automatizadas que abusan de su API. Entre sus herramientas están:
- Monitoreo de IP y geolocalización: Bots suelen usar proxies y VPNs para ocultar su origen.
- Límites de interacciones: Existen restricciones sobre la cantidad de tweets, retuits y respuestas permitidos en un tiempo determinado.
- Machine learning para detectar patrones sospechosos.
Todo lo anterior es posible procesarlo, medirlo y verificarlo con software especializado al alcance todo mundo (pagando, desde luego).
Si en realidad existiera la operación masiva de bots que el gobierno denuncia, X ya habría suspendido miles de cuentas y bloqueado accesos a la API. Pero Sheinbaum y su equipo no presentan ni una sola evidencia técnica de suspensiones masivas relacionadas con los hashtags investigados.
El "Detector de Mentiras" de Sheinbaum evidencia que es, en realidad, un mecanismo de propaganda estatal disfrazado de investigación y deberían cambiarlo por otra estrategia más creíble. Sus principales fallas son:
- No ofrece criterios técnicos para identificar bots.
- Omite comparaciones con tendencias orgánicas.
- No justifica las cifras de supuestos gastos en "guerra sucia".
- Ignora el papel de bots oficialistas.
- No presenta pruebas de que X haya detectado y sancionado esta supuesta operación.
Elorza está fabricando una narrativa sin base sólida, con el fin de desacreditar críticas legítimas sobre temas sensibles como el caso de Teuchitlán. Este informe, más que desenmascarar "mentiras", parece un intento desesperado por controlar la opinión pública y justificar una persecución digital contra la disidencia.
La desinformación no solo proviene de "granjas de bots", sino también de gobiernos que manipulan datos para ocultar sus fracasos.
0 Comentarios