Ángeles de Puebla
El marinismo y su regreso por el PRI-Puebla

“En política, los muertos que vos matáis gozan de cabal salud."José Zorrilladramaturgo

La política en Puebla se mueve con ritmos inesperados y a contrapunto. El PRI, partido que alguna vez dominó la escena estatal, se encuentra en una encrucijada. Con la inminente salida de Néstor Camarillo Medina de la dirigencia estatal, una vieja corriente conocida y controvertida se alista para retomar el control: el marinismo.

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Vinculados al exgobernador Mario Marín, el grupo político que por años controló el tricolor en el estado vuelve a la carga. En la disputa por la dirigencia del partido han emergido nombres que no pueden desligarse de esta facción. Entre ellos, el campechano Lázaro Jiménez Aquino, exdiputado federal, expresidente del Instituto Jesús Reyes Heroles y exlíder del PRI en Campeche. Su paso por Puebla no es menor. Durante el sexenio de Marín ocupó las subsecretarías de Desarrollo Social y de Transporte, y se mantiene como un cuadro cercano al exmandatario.

Sin embargo, si no es él quien encabece el Comité Directivo Estatal, su esposa, Xitlalic Ceja García, también figura entre las opciones. Su trayectoria dentro del PRI es amplia: exdiputada federal, exsecretaria general del CDE y actualmente presidenta del Organismo Nacional de Mujeres Priistas (ONMPRI). Su carrera política tiene méritos propios y su cercanía con Jiménez Aquino no le impide posicionarse como una carta fuerte del marinismo.

En la contienda por la dirigencia estatal también se encuentra Delfina Pozos Vergara, actual secretaria general del PRI en Puebla y diputada local. Aunque su presencia en la lista de aspirantes es notable, su margen de maniobra dependerá de cómo se definan las alianzas dentro del partido.

Lo único que podría impedir que el marinismo recupere el tricolor en el estado es que Néstor Camarillo logre mantenerse en el cargo por tres años más. Su reelección depende exclusivamente de la voluntad de Alito Moreno, presidente del CEN del PRI, quien tendrá la última palabra sobre el destino de la dirigencia poblana.

Mientras tanto, el PRI en Puebla atraviesa, todavía, tiempos complicados. Su capacidad de influencia electoral se ha reducido drásticamente, pero el marinismo aún conserva una estructura que podría revitalizar al partido, al menos en el ámbito local. Si la corriente logra colocar a sus cuadros en candidaturas municipales y diputaciones locales, podría marcar un resurgimiento pactado con Alejandro Armenta.

La ecuación es interesante. De concretarse el retorno del marinismo al CDE del PRI, las próximas elecciones intermedias de 2027 podrían presentar un nuevo escenario político. Un PRI reorganizado bajo esta facción podría complicar el panorama para el PAN, que encontraría mayor competencia en la disputa de las alcaldías y el Congreso local.

El tablero político se reacomoda. Como siempre, el poder en el PRI sigue siendo un juego de equilibrios. El marinismo está de vuelta, y con él, esa vieja guardia que aún busca reivindicar su influencia en Puebla sin que eso vaya a incomodar al líder real de Morena, Alejandro Armenta Mier.

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