El hackeo del celular de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, tras la extradición de 29 capos del narcotráfico, abre serias interrogantes sobre un posible espionaje de alto nivel. ¿Quién está detrás? 🕵️♂️
InfoStockMx - El pasado viernes, el diario estadounidense The New York Times reveló que el teléfono de la presidenta Claudia Sheinbaum fue hackeado poco después de que su gobierno enviara a Estados Unidos a 29 narcotraficantes, entre ellos Rafael Caro Quintero, fundador del Cártel de Guadalajara. El reporte de Natalie Kitroeff, jefa de la oficina del periódico en Ciudad de México, cita fuentes que confirmaron la intrusión, aunque el gobierno mexicano "se ha negado a hacer comentarios".
El incidente, por su precisión y rapidez, sugiere el uso de un software de espionaje de grado militar. ¿Fue un ataque externo o una operación interna? ¿Se trata de una ofensiva de Estados Unidos o de una acción de actores internos en México?
El acceso no autorizado al dispositivo de la mandataria mexicana tras una decisión política sumamente importante no es un hecho menor. En el mundo del espionaje, las infiltraciones digitales suelen estar vinculadas a organismos de inteligencia con capacidad para ejecutar ataques remotos con herramientas como Pegasus, Predator o DARE, utilizadas por agencias como la NSA o la CIA.
Existe también una lista selecta de empresas privadas de inteligencia con capacidad para intervenir comunicaciones de alto nivel. La pregunta es: ¿Qué buscaban en el celular de Sheinbaum?
¿Quién quería asegurarse de que no existieran registros de negociaciones secretas en torno a la extradición de los capos? Si esto fuera así, ¿el hackeo habría sido una medida de "control de daños" para evitar que información sensible sobre el acuerdo con México saliera a la luz?
Mañana en su conferencia matutina, si Sheinbaum confirma el hackeo, hay una alta probabilidad de que el espionaje no proviniera del exterior, sino de un actor "interno", actores que en el pasado han utilizado Pegasus contra periodistas y activistas. ¿Quién podría estar monitoreando a su propia presidenta?
El hackeo no es el único suceso que despierta sospechas. Días después del ataque cibernético, un Lockheed P-3B Orion, aeronave de vigilancia electrónica operada por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. (CBP), fue detectado sobrevolando una propiedad del expresidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
El P-3B Orion es una plataforma especializada en interceptación de comunicaciones, rastreo electrónico y reconocimiento técnico, utilizada para operaciones de inteligencia. Su presencia sobre una residencia vinculada a un exmandatario sugiere algo más que un patrullaje rutinario.
Cabe recordar que la administración de Donald Trump ha sido clara en sus comunicados oficiales al referirse a la colusión entre el narcotráfico y el gobierno mexicano, usando la expresión "especialmente ahora", lo que sugiere que Washington no sólo sospecha sino que investiga.
¿Es posible que Estados Unidos esté investigando directamente a AMLO? Si el gobierno estadounidense vincula al exmandatario con estructuras u operaciones "sensibles", el sobrevuelo del P-3B Orion podría haber sido una operación para recolectar inteligencia sobre posibles contactos o movimientos en la zona.
Hasta ahora, oficialmente, nadie ha comentado públicamente sobre estos eventos. El silencio oficial alimenta las especulaciones sobre el alcance real del hackeo y el objetivo del espionaje.
Bajo cualquier hipótesis, el hecho de que "alguien" esté intensificando sus acciones de vigilancia sobre figuras del más alto nivel de la política mexicana indica que existe una preocupación seria en Washington sobre los nexos entre el narco y el poder en México.
Si el hackeo a Sheinbaum fue obra de Estados Unidos, ¿cómo responderá el gobierno mexicano? Si fue una operación interna, ¿significa que hay una fractura dentro del propio Estado? Y sobre todo, ¿qué información tan delicada podría haber en el teléfono de la presidenta como para justificar un ciberataque de esta magnitud?
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