La mañana del primer domingo después del Miércoles de Ceniza, el municipio de Totolac cobra vida con el vibrante y colorido remate del Carnaval. A las cuatro de la mañana, la detonación de cohetes inicia el festejo, dando paso a los danzantes, conocidos como los "huehues", quienes, con sus pasos al ritmo de la música de viento y el sonido de las castañuelas, recorren las calles de la comunidad de Zaragoza.

Totolac, Tlaxcala - A lo largo de los años, esta tradición ha evolucionado y se ha expandido. En 2006, un pequeño grupo de siete jóvenes comenzó a bailar desde las primeras horas del domingo, con la intención de dar a conocer que Totolac era el único municipio en Tlaxcala que celebraba su carnaval de esta manera. Hoy, más de 150 "huehues de noche", tanto hombres como mujeres, conforman un desfile que no solo es un espectáculo de música y baile, sino también de agradecimiento y reflexión. Antes de iniciar su jornada, los danzantes acuden a misa para agradecer a Dios por la salud y el empleo, y para rendir homenaje a sus compañeros caídos durante la pandemia del COVID-19.

La festividad se ha arraigado tanto en la comunidad que incluso se ha establecido una lista de personas encargadas de ofrecer un desayuno gratuito a los participantes. Durante seis horas, los huehues bailan y celebran en las casas que les ofrecen tequila, pulque y aguas frescas. Así, este evento no solo es una expresión de cultura y alegría, sino también un acto de unidad comunitaria.

El carnaval de "Los Negros" en Santiago Cuaula

En un contraste cultural, en el municipio de Calpulalpan, específicamente en la comunidad de Santiago Cuaula, se celebra uno de los carnavales más antiguos de Tlaxcala: el carnaval de "Los Negros". A diferencia del carnaval de Totolac, en Santiago Cuaula no existen camadas de huehues ni comparsas formales. Cada bailarín crea su propio estilo de baile, improvisando pasos y adaptando su vestimenta al ritmo de la música.

"Los Negros" se caracterizan por sus disfraces cómicos y paródicos, y durante el carnaval, los habitantes de Cuaula, que incluyen tanto a hombres como mujeres, niños y adultos, se visten de médicos, enfermeras, carpinteros, tlachiqueros, zombis, payasos, minotauros, calaveras y muchos otros personajes, en una muestra de creatividad y humor. Con el fin de alejar lo malo, los danzantes recorren las calles del pueblo, iniciando el desfile en la calle Adolfo López Mateos y concluyendo en la plaza El Volador.

Tradición ancestral y simbología

El carnaval de Santiago Cuaula tiene profundas raíces prehispánicas. Antes de la llegada de los mexicas, los habitantes de esta región ya realizaban danzas para pedir lluvia a Tláloc y asegurar buenas cosechas. Esta tradición, que ha perdurado durante siglos, está presente aún hoy en la festividad, y los danzantes siguen realizando un acto simbólico en el que "ahorcan" a un encapuchado, quien representa al mal, mientras esperan la llegada del bien durante la Cuaresma.

Los disfraces en este carnaval son un reflejo de la vida cotidiana de la comunidad. Muchas de las máscaras son elaboradas con látex, compradas en la Ciudad de México, mientras que los trajes se confeccionan con materiales reciclados como papel periódico, papel de china y hojas de tamal. Los danzantes, que invierten entre tres mil y diez mil pesos en sus disfraces, buscan siempre innovar cada año con nuevos atuendos que sorprendan a los espectadores.

El papel de la comunidad en la festividad

El carnaval de "Los Negros" en Santiago Cuaula ha cobrado una nueva relevancia en los últimos años, en parte gracias al apoyo de las familias dedicadas a la maquila de ropa, la agricultura y la elaboración de ojos de vidrio, una tradición local muy particular. Estas familias son las encargadas de auspiciar el evento, y su participación es clave para asegurar la continuidad de esta tradición. Además, la población migrante, especialmente aquellos que residen en Estados Unidos, ha empezado a involucrarse activamente en la festividad, lo que ha incrementado la participación en el carnaval.

"Los Negros" han crecido en número, pasando de 200 a 600 danzantes, incluyendo tanto a infantes como a adultos. Este aumento ha traído consigo también un crecimiento en el interés por parte de los visitantes, tanto locales como de otros estados y países. El evento atrae a miles de turistas que se sienten atraídos por la tradición y el ambiente festivo de Cuaula.

Una tradición que perdura

A pesar del rezago que enfrenta Santiago Cuaula, la comunidad se enorgullece de su carnaval, que ha trascendido generaciones. Como bien dicen los habitantes del lugar: “Podrán salir de su pueblo, pero ni sus costumbres ni sus tradiciones podrán salir de su corazón”. Esta frase refleja el amor y la dedicación con la que los pobladores celebran su identidad y su historia.

En esta fiesta, que se celebra durante dos días, la comunidad de Cuaula recibe con brazos abiertos a más de doce mil visitantes que, además de disfrutar de los bailes y disfraces, podrán degustar las tradicionales carnitas, micheladas y pulque, creando una atmósfera de hospitalidad y orgullo por sus tradiciones.

Tanto el carnaval de Totolac como el de Santiago Cuaula son reflejos vivos de la riqueza cultural de Tlaxcala. A través de la danza, la música, los disfraces y las tradiciones, estos carnavales no solo celebran el fin de la Cuaresma, sino también la unidad, la identidad y la creatividad de las comunidades siempre manteniendo la esencia de lo que representan: una oportunidad para conectar con las raíces, rendir homenaje a los antepasados y transmitir la cultura a las generaciones futuras.

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