Los contratos multimillonarios del sexenio de Andrés Manuel López Obrador beneficiaron a conglomerados con vínculos cercanos al mandatario, consolidando el control de unos pocos sobre la obra pública. 📊
InfoStockMx - El discurso de la Cuarta Transformación prometió una separación entre el poder económico y político. Sin embargo, las licitaciones de los Polos de Desarrollo para el Bienestar (Podebis) del Corredor Interoceánico y las líneas K y FA del Tren Transístmico mostraron lo contrario. Empresas como Grupo Carso, Mota-Engil, Grupo INDI e ICA acapararon contratos públicos sin transparencia, con montos ocultos por la Secretaría de Marina (Semar).
La relación de los dueños de estos conglomerados con el poder fue evidente. Carlos Slim Helú, el hombre más rico de México, visitó frecuentemente Palacio Nacional. Bernardo Gómez, copresidente de Televisa, estuvo presente en reuniones importantes. Manuel Muñozcano Cardoso mantuvo lazos desde la jefatura de gobierno de López Obrador en el Distrito Federal. Mientras que José Miguel Bejos, ligado al Grupo Atlacomulco, se integró a la 4T.
Estos cuatro grupos empresariales recibieron contratos por al menos 735 mil 679 millones de pesos, según una revisión de Proceso a 134 mil 447 contratos de la administración pública. Su participación abarcó proyectos como el Tren Maya, Corredor Interoceánico, Refinería Dos Bocas, el puente Nichupté y autopistas clave. En diciembre de 2023, estos conglomerados crearon Desarrolladora Multimodal Istmo de Tehuantepec, la cual se adjudicó tres parques industriales en los puertos de Coatzacoalcos y Salina Cruz.
La licitación de los Podebis se realizó sin transparencia. La Semar limitó el acceso a la información, cobrando un millón de pesos por consultar las bases de la convocatoria. Mota-Engil fue anunciada inicialmente como única ganadora, pero luego transfirió las concesiones a la Desarrolladora Multimodal.
Empresas de Ricardo Salinas Pliego recibieron 45 mil millones de pesos del erario, principalmente de Pemex. Carlos Hank González y su padre, Carlos Hank Rhon, sumaron contratos por 29 mil millones de pesos. Grupo Bal, de Alejandro Baillères Gual, obtuvo 12 mil millones de pesos en adjudicaciones. Hector Ovalle Favela y Coconal lograron 15 grandes contratos por 16 mil millones de pesos.
Otros empresarios beneficiados fueron Maclovio Yáñez Vilagran, amigo de Adán Augusto López, quien obtuvo contratos de 27 mil millones de pesos en Pemex. Cotemar, de Mario Dávila Labo, recibió 65 mil millones de pesos, mientras que DIAVAZ, de los hermanos Vázquez Sentíes, obtuvo 30 mil millones de pesos.
Slim, el gran ganador
Durante el sexenio, la fortuna de Carlos Slim Helú aumentó 80%, pasando de 49 mil 100 millones de dólares en 2018 a 89 mil 600 millones en 2024. Slim diversificó sus negocios en construcción e hidrocarburos. A pesar del conflicto inicial por la cancelación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAICM), Slim consolidó su papel como asesor informal de López Obrador.
Las empresas de Slim, como GSM-Bronco y Operadora Cicsa, obtuvieron contratos por 75 mil millones de pesos en Pemex. Sus firmas CICSA, Triara, Telmex, Uninet, Inbursa y Nacional de Cobre sumaron 78 mil millones de pesos en adjudicaciones. Además, la CFE destinó 10 mil millones de pesos al gasoducto Samalayuca-Sásabe, operado por Slim.
El 5 de octubre de 2024, Slim acudió a Palacio Nacional junto a su hijo Carlos Slim Domit y Bernardo Gómez. Meses después, el 4 de enero de 2024, Slim, Gómez y Alfonso de Angoitia, presidente ejecutivo de Televisa, se reunieron con López Obrador para discutir el Tren Maya.
Al final, el sexenio de López Obrador confirmó que el poder económico y político en México siguen estrechamente ligados. La concentración de contratos públicos en unos pocos conglomerados, la falta de transparencia en licitaciones y el crecimiento patrimonial de los empresarios aliados al gobierno revelan que la 4T mantuvo los mismos vicios que prometió erradicar.
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