
“La cultura se come a la estrategia en el desayuno."Peter Drucker – Padre de la administración moderna
En las redes sociales gubernamentales hay mucho posteo, tal vez una saturación, pero no de acciones trascendentes o que estén definiendo el futuro de Puebla. Es casi una rutina la foto y el comunicado de cualquier cosa.
A menos de cien días de gobierno, las recientes declaraciones del gobernador de Puebla, Alejandro Armenta, reflejan una preocupación sobre el desempeño de algunos miembros de su gabinete. Su mensaje público, en el que exigió resultados y advirtió que prescindiría de quienes no se ajusten al ritmo de trabajo requerido, deja entrever factores que podrían estar generando tensión dentro de su equipo.
Armenta enfatizó que es una persona exigente debido a su formación y educación, lo que le lleva a demandar el mismo nivel de compromiso a sus colaboradores. "Me exijo, primero porque así fui educado para dar resultados", externó.
El gobernador poblano tiene una visión de liderazgo basada en la disciplina y el rendimiento constante, y esta postura ya genera fricciones con aquellos funcionarios que no cumplen con sus expectativas o que no pueden seguir su ritmo de trabajo.
El hecho de que haya hecho un llamado específico a Yadira Lira, secretaria de Turismo y bicampeona mundial de karate, para que se pusiera a trabajar, indica lo que comienza a ser evidente: percibe falta de dinamismo o eficacia en ciertas dependencias. Armenta reconoce la disciplina y trayectoria de Lira, pero su exhorto público deja entrever que espera una mayor proactividad de su parte y, por extensión, de otros integrantes de su equipo.
Como gobernador, Armenta enfrenta presiones políticas y expectativas de la ciudadanía para generar cambios tangibles en un corto periodo de tiempo. En las redes sociales gubernamentales hay mucho posteo, tal vez una saturación, pero no de acciones trascendentes o que estén definiendo el futuro de Puebla. Es casi una rutina la foto y el comunicado de cualquier cosa.
Así que la declaración de que "es necesario hacer llamados de atención para todos" y la reunión con su gabinete del domingo pasado con un tono de "rigor pero con amor" indican que el gobernador poblano busca alinear a su equipo con una visión de eficiencia inmediata y un descontento con quienes considera que no están respondiendo a la velocidad requerida.
¿Qué está faltando a su gabinete? El gobernador hizo hincapié en que "cualquiera de nosotros está en un lugar privilegiado que por lo menos mil, o dos mil personas, quisieran estar en el lugar que estamos nosotros". Es verdad, sobre todo en un ambiente cargado de advenedizos, recomendados y burocracia partidista, más allá de una visión de la administración pública donde cada puesto debe ser visto como una oportunidad invaluable. Y este enfoque parece chocar con miembros del gabinete que no comparten el mismo sentido de urgencia o compromiso con su gestión.
Así que la advertencia llegó: está pensando en prescindir de ciertos funcionarios y está evaluando cambios en su equipo.
El descontento de Alejandro Armenta con algunos integrantes de su gabinete deriva de una combinación de factores tal vez más allá de su alto nivel de exigencia. Varios miembros le fueron "recomendados" para determinadas secretarías (entraron con calzador), con otros es evidente que tiene diferencias en estilos de trabajo y, para los cien días de gobierno, con la necesidad de informar de algo trascendente, Alejandro está sujeto a presión política por resultados inmediatos.
Estas tensiones son comunes en cualquier administración gubernamental, pero el tono de sus declaraciones va más allá: indica que está preparando el terreno para realizar cambios en su equipo.
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