El diputado Andrés Iván Villegas Mendoza, quien se autodenomina representante de la izquierda en Puebla, acaba de exhibirse como lo que realmente es: un legislador ignorante de los principios constitucionales y un político conservador disfrazado de progresista, que busca consolidar la censura como herramienta para proteger la corrupción y la impunidad.

InfoStockMx (Unidad de Análisis Político) Lo primero que hay que señalar es que en Puebla los diputados locales de Morena, no se mandan solos. La pregunta obligada entonces es: ¿De parte de quién?

Villegas Mendoza ha presentado una iniciativa de Ley de Derechos para el Libre Ejercicio del Periodismo en el Estado de Puebla, que, lejos de garantizar la libertad de prensa, impone límites arbitrarios y ambiguos que atentan contra el derecho a la información y la investigación periodística. Bajo la apariencia de reconocer derechos como el secreto profesional o la cláusula de conciencia, la iniciativa encierra una peligrosa trampa: la imposición de restricciones a la difusión de información crítica, bajo pretextos tan vagos como la "moral", la "vida privada" o el "orden público".

El texto de la iniciativa pretende prohibir la "perturbación del orden público" o los ataques a "la moral" como parte de los límites a la información periodística. Sin embargo, estos términos han sido usados históricamente por gobiernos autoritarios para justificar la censura. Basta con ver el caso de Nicaragua o Venezuela, donde los gobiernos de "izquierda" han perseguido periodistas críticos bajo el mismo argumento de "alterar el orden público".

¿Es Andrés Iván Villegas Mendoza un admirador de estas prácticas dictatoriales? Porque su iniciativa se parece demasiado a los mecanismos de represión usados por regímenes que no toleran la crítica.

Más grave aún, la propuesta entra en franca contradicción con el Artículo 6° y 7° de la Constitución Mexicana, que garantizan la libertad de expresión sin restricciones arbitrarias. Además, viola tratados internacionales como la Convención Americana sobre Derechos Humanos y las resoluciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que han establecido que ningún gobierno puede restringir la información con límites tan ambiguos.

¿Protegiendo a los corruptos?

Esta iniciativa también plantea una interrogante fundamental: ¿Qué pretende esconder Andrés Iván Villegas Mendoza? ¿Acaso busca blindar a políticos corruptos, empresarios coludidos con el poder o funcionarios que utilizan los recursos públicos en su beneficio?

Impedir que los periodistas investiguen y publiquen información de interés público con la excusa de "evitar la perturbación del orden" es una estrategia digna de los regímenes más oscuros. Si esta ley se aprueba, cualquier investigación sobre actos de corrupción podría ser bloqueada con el pretexto de que afecta la "vida privada" de un funcionario. Las denuncias sobre violaciones a derechos humanos podrían ser censuradas por "atacar la moral". Las críticas a la inseguridad o a la incompetencia gubernamental podrían ser castigadas por "perturbar el orden público".

El mensaje es claro: Villegas Mendoza no quiere periodistas, quiere voceros del gobierno.

Si algo queda claro con esta propuesta es que Andrés Iván Villegas Mendoza no es un legislador de izquierda, sino un político que usa la bandera progresista para encubrir su verdadera intención: garantizar impunidad a quienes se benefician del poder. Su proyecto no solo atenta contra la libertad de prensa, sino que lo exhibe como un político de mentalidad profundamente conservadora, al servicio de los peores vicios del poder.

Desde la llegada de Morena al gobierno, el discurso ha sido que este es un "gobierno del pueblo". Pero, ¿puede un gobierno que busca censurar a los periodistas ser un gobierno del pueblo? No. Un gobierno que ataca a la prensa crítica es un gobierno que protege la corrupción y el abuso de poder.

Este intento de mordaza no debe pasar desapercibido. La sociedad civil, los medios de comunicación y los ciudadanos conscientes deben rechazar esta iniciativa y exigir su rechazo. No es solo una amenaza contra los periodistas, es un ataque contra el derecho de todos los poblanos a estar informados.

Si Andrés Iván Villegas Mendoza quiere silenciar al periodismo, debe entender que la libertad de expresión no se negocia ni se regula al gusto de los políticos. Y que, tarde o temprano, la historia pone en su lugar a quienes intentan callar la verdad con frasecitas mentirosas e iniciativas dictatoriales.

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