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"Bajo un sistema de libertad absoluta, cada país dedica su capital y su trabajo a aquellas ocupaciones que le son más beneficiosas." — David Ricardo, Padre de la Teoría del Comercio Internacional.
En un contexto donde la economía mexicana ya enfrenta desequilibrios estructurales, como lo demuestra el déficit comercial de 8,212 millones de dólares registrado en 2024, la amenaza de una guerra arancelaria con Estados Unidos sería un golpe devastador.
Este escenario no sólo expondría las vulnerabilidades del comercio exterior, sino que también comprometería la estabilidad económica del país, arrastrando a sectores clave como el manufacturero, el agropecuario y el energético.
Las cifras son claras: mientras que las exportaciones totales crecieron un 4.1 % en 2024, las importaciones aumentaron un 4.5 %, consolidando la dependencia del país en insumos extranjeros. Dentro de estas exportaciones, las manufactureras representaron el 89.8 %, un dato que evidencia la falta de diversificación y la excesiva concentración en un rubro que depende en un 75.6 % del mercado estadounidense.
El caso Colombia: una advertencia
El caso de Colombia frente a los aranceles estadounidenses ilustra el impacto que puede tener una guerra comercial. En el caso de México, donde productos como el jitomate y el aguacate tuvieron incrementos destacados (47.3 % y 26.8 %, respectivamente, en diciembre de 2024), cualquier medida restrictiva afectaría no solo a los productores, sino también a las cadenas de valor asociadas.
Por otro lado, las abruptas caídas en productos como el ganado vacuno (-99.9 %) reflejan las ineficiencias que ya existen en segmentos regionales muy importantes. Una guerra arancelaria sólo exacerbaría estas debilidades, disminuyendo aún más la competitividad de México en sectores tradicionales.
Aunque el crecimiento anual de las exportaciones manufactureras fue del 4.9 %, la caída del 7.7 % en el sector automotriz subraya las vulnerabilidades de un rubro que representa una proporción significativa del comercio exterior mexicano. A esto se suma la alta dependencia de insumos importados: los bienes de uso intermedio constituyen el 75.6 % de las importaciones totales, lo que significa que cualquier barrera arancelaria impactaría directamente en los costos de producción, erosionando las ya limitadas ventajas competitivas de la industria mexicana.
PEMEX, un lastre
En 2024, el déficit petrolero alcanzó los 10,044 millones de dólares, reflejando una caída del 14.4 % en las exportaciones de crudo. Esta contracción no solo es producto de precios más bajos, sino también de volúmenes reducidos, un indicador de la falta de capacidad productiva en el sector. Mientras tanto, el superávit no petrolero, que pasó de 13,091 millones de dólares en 2023 a solo 1,832 millones en 2024, muestra un deterioro generalizado en áreas que antes eran puntos fuertes de la economía mexicana.
Una guerra arancelaria agravaría esta situación al encarecer las importaciones de combustibles y maquinaria, limitando aún más la capacidad del país para avanzar hacia la autosuficiencia energética o modernizar su infraestructura productiva.
Pero los efectos de una guerra arancelaria no se limitarían al comercio exterior. Sectores como el manufacturero, que emplean a millones de personas, enfrentarían despidos debido a la contracción de la demanda externa. Esto, combinado con una caída en las exportaciones de bienes esenciales y un aumento en los precios de productos importados, provocaría una disminución en el consumo interno, profundizando la desaceleración económica.
Economía en riesgo
Claudia Sheinbaum necesita dejar a un lado las arengas ideológicas y ver la realidad. Las cifras no mienten: México enfrenta una realidad económica frágil, donde el comercio exterior, que fue un motor de crecimiento, con la 4T se ha convertido en una fuente de vulnerabilidad. La dependencia de mercados específicos, la falta de diversificación productiva y un déficit energético estructural hacen que cualquier guerra arancelaria con Estados Unidos tenga el potencial de desestabilizar la economía mexicana por completo.
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