🌐 El 1 de febrero se pone en marcha la implementación de aranceles punitivos hacia México. Puebla, uno de los epicentros de la industria automotriz, se enfrenta a un escenario crítico. 🚗 La región, que alberga importantes plantas de ensamblaje, podría ver severos efectos en su economía. 🔺

Mexconomy - La industria automotriz en Puebla, un sector vital para el crecimiento económico de la entidad, está a punto de enfrentar un desafío sin precedentes. El próximo 1 de febrero, los aranceles anunciados por la administración del presidente Donald Trump comenzarán a aplicarse sobre los productos importados de México, con énfasis en la producción automotriz. Este panorama pone en jaque a miles de empleos y a la estabilidad económica de la región, en particular de ciudades como Puebla y Cholula, donde se concentran importantes fábricas automotrices.

Puebla se ha consolidado como un núcleo esencial para la manufactura automotriz en México. La planta de Volkswagen, ubicada en el municipio de Cuautlancingo, es una de las principales armadoras del país, y junto a otras empresas como Audi y Mazda, impulsa la economía de la región. De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la industria automotriz representó más del 10% del Producto Interno Bruto (PIB) de Puebla en 2023, con exportaciones que superaron los 6 mil millones de dólares. Sin embargo, el contexto cambiante de las políticas comerciales de Estados Unidos pone en riesgo este dinamismo.

El T-MEC (Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá), que supuestamente debía regular las relaciones comerciales entre los tres países, ha sido el eje central de la discusión. La decisión de Trump de aplicar aranceles adicionales de hasta el 25% sobre los vehículos importados de México podría desestabilizar la industria en la región. Las preocupaciones crecen debido a que, con márgenes de ganancia estrechos, las empresas automotrices en Puebla no podrían absorber estos costos adicionales sin afectar su competitividad en el mercado estadounidense.

El riesgo de desplazamiento de producción hacia Estados Unidos es una amenaza real. General Motors (GM), una de las principales armadoras con presencia en México, ya ha comenzado a evaluar opciones para mitigar el impacto de estos aranceles, incluyendo la posibilidad de trasladar parte de su producción fuera del país. Mary Barra, presidenta de GM, reconoció que la empresa estaría dispuesta a reconfigurar sus operaciones para ajustar su producción a los costos más bajos, una decisión que podría repercutir negativamente en Puebla, que se vería afectada por la pérdida de empleos directos e indirectos.

Arturo Reveles Márquez, representante de los industriales, enfatizó la fragilidad del sector automotriz en Puebla. “La industria automotriz tiene márgenes pequeños, no aguantaría un arancel de este tipo”, advirtió, subrayando que una medida de esta naturaleza podría afectar tanto a los trabajadores como a las empresas que dependen de la manufactura de vehículos en la región.

Además de la posible pérdida de empleos, se anticipa que las empresas automotrices que operan en Puebla verían un aumento significativo en sus costos de producción, lo que obligaría a un ajuste en su cadena de suministro y, posiblemente, en sus planes de inversión. La incertidumbre también está vinculada con la posibilidad de que se reduzcan los pedidos de vehículos desde Estados Unidos, un mercado que representa la mayor parte de las exportaciones poblanas de automóviles.

A medida que se acerca la fecha límite del 1 de febrero, los ojos de la industria automotriz en Puebla están puestos en las decisiones que tomará Trump y en los posibles acuerdos bilaterales entre México y Estados Unidos. Si las negociaciones no avanzan, Puebla podría enfrentar una crisis económica significativa, afectando tanto a la industria como a la calidad de vida de miles de trabajadores y sus familias.

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