➡️ En la reciente “Mañanera del Pueblo” 🎙️, Iván Escalante, responsable de la PROFECO 🛡️, y la presidenta Claudia Sheinbaum 🇲🇽, presentaron la evolución del precio de la gasolina ⛽ en términos “reales” 📊

Mexconomy - Según el gobierno, bajo la administración de López Obrador el precio de la gasolina ha disminuido un 5.2%, mientras que en los primeros tres meses de Sheinbaum se reporta una leve reducción del 0.4%.

Sin embargo, este análisis superficial no refleja el impacto devastador que tiene este costo en el poder adquisitivo y en la economía nacional. El precio de los combustibles no puede tratarse como un bien cualquiera dentro de la economía, pues su impacto se extiende más allá del consumo directo. Junto con el tipo de cambio y los salarios, constituye uno de los precios clave que determinan el costo general de los bienes y servicios, así como el bienestar económico de las familias.

Aunque en la presentación oficial se destacó la evolución del precio de la gasolina en términos “reales” —ajustados por inflación—, este enfoque simplifica una realidad mucho más compleja: el efecto multiplicador del precio de los combustibles. Cuando este precio aumenta, todos los costos asociados al transporte, la producción y la distribución de bienes y servicios también se incrementan. El resultado es una pendiente negativa en el poder adquisitivo que afecta de manera desproporcionada a los sectores más vulnerables de la población.

El análisis de los datos históricos presentados en la “mañanera del pueblo”, muestra que durante los sexenios de Calderón y Peña Nieto se registraron aumentos significativos del precio de la gasolina en términos reales: 22.9% y 42.8%, respectivamente. Aunque el gobierno actual resalta una disminución del 5.2% bajo la administración de López Obrador (respecto al costo de las gasolinas al final del gobierno de Enrique Peña Nieto) y del 0.4% en los primeros meses de Claudia Sheinbaum, esta reducción no compensa el impacto acumulado en el poder adquisitivo de las familias mexicanas.

El problema radica en que no se trata únicamente de la inflación acumulada o subyacente, sino de cómo el incremento en el precio de los combustibles exacerba las desigualdades económicas. La presión sobre los hogares no solo es directa, a través del gasto en transporte, sino también indirecta, mediante el aumento de los precios en alimentos, servicios y bienes esenciales.

En este contexto, la insistencia en comparar precios de combustibles en pesos constantes o en relación con otros países resulta limitada. La gasolina, al igual que el tipo de cambio, es un precio estratégico con un impacto multiplicador en toda la economía. Cada peso adicional que paga el consumidor por litro reduce su capacidad de adquirir otros bienes y servicios, afectando su calidad de vida.

El desafío para los gobiernos no es únicamente estabilizar el precio de la gasolina, sino entender su papel como detonador de cadenas inflacionarias y su capacidad para definir las condiciones de vida de la población. Esto implica diseñar políticas públicas que aborden no solo el precio del combustible, sino también los factores estructurales que perpetúan su impacto negativo en el poder adquisitivo de las familias mexicanas.

InfoStockMx / Región Global

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