En Puebla, el ritual de la sucesión gubernamental ha comenzado antes de que se asiente el polvo de la reciente toma de protesta de Alejandro Armenta Mier. Este proceso, impensable sin su consentimiento, comienza a dirigir los reflectores hacia quienes podrían convertirse en sus herederos políticos. Aunque es prematuro hablar de una lista, hay nombres que emergen con cero discreción. Entre ellos destaca José Luis García Parra, actual Coordinador del Gabinete, quien inicia el 2025 en evidente modo campaña.
Desde el Centro Expositor de Puebla, García Parra envió un mensaje de año nuevo cargado de simbolismo y aspiraciones:
“Desde el centro expositor de Puebla en esta zona histórica Monumental de Los Fuertes quiero mandarle un saludo a nuestras amigas y amigos [...] y estamos seguros que 2025 será un gran año. Feliz año nuevo y que todos sus deseos se cumplan. Bendiciones para todas y para todo.”
Aunque sus palabras podrían parecer rutinarias, el contexto político les otorga un matiz especial. García Parra parece estar construyendo no solo una narrativa, sino también una base de legitimidad que lo ubica como un aspirante en ascenso. Habla y quiere que se hable de él.
Con más de 20 años de experiencia en el servicio público, García Parra ha sido un aliado estratégico de Alejandro Armenta Mier en su ascenso político. Desde sus inicios como secretario particular de Armenta en la Secretaría de Desarrollo Social (2004-2010) hasta su cargo como Coordinador de Asesores de la Presidencia de la Mesa Directiva del Senado, su trayectoria está marcada por la confianza y cercanía con el gobernador.
Este vínculo se reforzó en múltiples episodios: coordinó las campañas de Armenta para la diputación federal en 2015 y para el Senado en 2018. Como Secretario Técnico de la Comisión de Hacienda y Crédito Público en el Senado, García Parra demostró su capacidad de gestión en un ámbito de alta complejidad. Ha sabido posicionarse con habilidad en un entorno marcado por lealtades cambiantes.
El nombramiento de García Parra como Coordinador del Gabinete en diciembre de 2024 consolida su presencia en el escenario político estatal. Se encuentra en una posición inmejorable: tiene influencia sin ser responsable directo de decisiones que puedan comprometerlo. Esta situación le otorga poder, pero también lo protege.
El camino hacia la gubernatura de Puebla en 2030 comienza a delinearse, y los movimientos iniciales ya son visibles. José Luis García Parra ha sabido colocarse en el centro de la atención. En términos de Fouché, el legendario maestro del sigilo político, "la habilidad de mantenerse indispensable es el secreto del poder". García Parra parece entender este principio, utilizando su cercanía con el gobernador y su trayectoria para cimentar su posición y su legítima aspiración de gobernar Puebla.
El 2025 será un año decisivo, no sólo para su consolidación como operador clave del gobierno de Alejandro Armenta Mier, sino también para fortalecer su perfil como posible sucesor. Posteriormente, deberá enfrentar la elección intermedia para probar su fortaleza en las urnas. Es la liturgia del poder poblano, y García Parra parece estar dispuesto a jugar el juego con la destreza de quien comprende las reglas y, quizá, aspira a reescribirlas con su nombre puesto en la sucesión.
En vísperas de #AñoNuevo, @JLG_PARRA envía a las y los poblanos sus mejores deseos para este 2025 🎉, y un mensaje especial para quienes integran el #SICOM, esperando que todas las acciones futuras estén enfocadas en el amor, respeto y lealtad a Puebla ❤️.#PorAmorAPuebla pic.twitter.com/R9d0UY3s1V
— SICOM (@SICOMPue) January 1, 2025
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