Fue un enfrentamiento el ocurrido entre Ricardo Monreal, coordinador de los diputados de Morena, y Adán Augusto López, líder de los senadores del mismo partido, ni más ni menos, y expuso tensiones internas que trascienden lo presupuestal y exhiben grietas en la cúpula del partido en el poder.
CDMX (InfoStockMx) - Inició cuando López acusó públicamente a Monreal de realizar "negocitos" mientras presidía el Senado. El detonante fue la supuesta reducción de 123 millones de pesos al presupuesto del Senado para 2025, decisión que, según Monreal, no existió, ya que el presupuesto incluso aumentó un 3%.
La respuesta del político zacatecano no se hizo esperar: atribuyó los señalamientos a disputas relacionadas con un fideicomiso de mil millones de pesos, del que, según él, no hizo uso cuando dirigía la Cámara alta.
El fuego cruzado no quedó en simples declaraciones. López también denunció presuntas irregularidades en contratos otorgados durante la administración de Monreal, como el mantenimiento de elevadores y la gestión del archivo histórico del Senado. Monreal se mantuvo firme en su defensa, calificando las acusaciones como infundadas y políticamente motivadas.
Ante la creciente tensión, el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, intervino para calmar las aguas. Aseguró que el diferendo estaba superado y rechazó cualquier posibilidad de una crisis interna en Morena.
La presidenta Claudia Sheinbaum también se pronunció durante su conferencia matutina, subrayando que los recursos no deberían ser motivo de disputas y apelando a la unidad del movimiento. Sus palabras parecieron surtir efecto.
Finalmente, Monreal y López se reunieron en Palacio Nacional junto a Fernández Noroña, Ignacio Mier y Rosa Icela Rodríguez. La cita concluyó con un mensaje de reconciliación: se descartaron "medidas extraordinarias" y se enviaron señales de cohesión interna.
Monreal publicó en redes: "La política será siempre el arte de buscar acuerdos y entendimientos en favor de la población". Un cierre que, aunque diplomático, no borra del todo las huellas de un choque que evidenció las fracturas internas en Morena.
Más allá de las declaraciones públicas, políticamente correctas, el enfrentamiento mostró que las pugnas por el control político y los recursos dentro del partido oficialista, son reales.
Es el poder y no obstante el conflicto se resolvió formalmente, las tensiones internas en Morena podrían resurgir en cualquier momento, especialmente con las elecciones judiciales en el horizonte y el poder judicial como premio final que, ya se observa, Ricardo Monreal y Adán Augusto López ya se disputan sin pudor político de por medio.
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