El narcotráfico ha encontrado un nuevo terreno para expandirse: las universidades. Un reportaje del The New York Times, firmado por Natalie Kitroeff y Paulina Villegas, revela que el Cártel de Sinaloa recluta estudiantes de química para fabricar fentanilo.
InfoStockMx.– Según el reportaje, publicado el 1 de diciembre, los grupos delictivos buscan “cocineros” capaces de sintetizar los precursores químicos necesarios para la fabricación del fentanilo. Esto les permitiría dejar de depender de las importaciones desde China y consolidar su control en el mercado global de esta droga, con exportaciones a América Latina y Europa.
Un reclutador del cártel confesó que acude directamente a universidades en Sinaloa para captar talento. Profesores de química confirmaron que esta práctica es común, y estudiantes entrevistados revelaron que trabajan en experimentos para mejorar la droga, supervisan operaciones o participan en la producción a gran escala.
El reportaje también recoge la tensión interna en el cártel tras la captura de Ismael “El Mayo” Zambada y el conflicto entre los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán y sus antiguos aliados. Esta lucha intestina, conocida como la disputa entre “Los Chapitos” y “La Mayiza”, ha dejado más de 500 asesinatos en Sinaloa en solo 80 días.
La Crisis del Fentanilo
La producción local de precursores químicos podría liberar al cártel de depender de China, lo que preocupa a Estados Unidos. Donald Trump, en su intención de regresar a la presidencia, amenaza con imponer aranceles a México si no frena el tráfico de fentanilo.
En contraste, la presidenta Claudia Sheinbaum aseguró recientemente que el consumo en México “es muy poco”. Sin embargo, la Fiscalía General de la República (FGR) destruyó más de 100 toneladas de precursores y narcóticos en Sinaloa, tras desmantelar varios narcolaboratorios.
El problema no se limita al Cártel de Sinaloa. A finales de noviembre, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó a la red de “Los hermanos Bonques”, vinculada al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), por su papel clave en el tráfico de fentanilo y otras drogas en Nayarit.
Mientras las facciones criminales mexicanas buscan consolidar su dominio, la espiral de violencia en Sinaloa y el impacto internacional del narcotráfico reflejan la gravedad de la crisis. Las universidades, ahora bajo la mira del crimen organizado, se convierten en un nuevo frente en esta guerra química.
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