Corea del Sur vive un clima de tensión política sin precedentes. El presidente Yoon Suk Yeol enfrenta un posible proceso de destitución después de haber declarado y rápidamente derogado una polémica ley marcial que buscaba “erradicar fuerzas afines a Corea del Norte”.

(InfoStockMx) La medida, considerada inconstitucional por la oposición, desató una tormenta política en el país.

En un discurso sorpresivo a la nación, Yoon justificó la declaración de la ley marcial al acusar al Partido Demócrata, la principal fuerza de oposición, de simpatizar con el régimen de Corea del Norte. Esto ocurrió tras la aprobación de una medida presupuestaria impulsada por la oposición y la presentación de mociones de censura contra varios altos cargos gubernamentales.

La ley marcial, que movilizó al Ejército y otorgaba poderes extraordinarios al presidente, fue rápidamente rechazada en una sesión parlamentaria extraordinaria. En medio de escenas de caos dentro y fuera del recinto legislativo, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, Park An Soo, declaró anulada cualquier acción política derivada de esta disposición.

El Partido Demócrata, tras una reunión de emergencia, calificó la acción de Yoon como “una clara violación de la Constitución y un acto de rebelión”. La formación advirtió que, si el presidente no renuncia, iniciarán un proceso de destitución. En una resolución oficial, subrayaron que Yoon “no cumplió con los requisitos constitucionales” para implementar la medida.

Además, más de 40 diputados opositores han respaldado el inicio de un juicio político. Hwang Un-ha, líder del Partido de la Reconstrucción de Corea, aseguró que el presidente “cometió un acto equivalente a la traición al movilizar al Ejército”. Según Hwang, la Asamblea Nacional debe actuar con rapidez para aprobar una moción que suspenda de inmediato las funciones del mandatario.

La crisis surge en un momento de fuerte polarización política en Corea del Sur. La declaración y posterior anulación de la ley marcial han incrementado las tensiones entre el oficialismo y la oposición, desatando protestas y movilizaciones tanto en apoyo como en rechazo al presidente.

La decisión final sobre el futuro de Yoon dependerá de los próximos movimientos en la Asamblea Nacional. Mientras tanto, los llamados a la calma y la estabilidad política se enfrentan a un ambiente de incertidumbre que amenaza con sacudir los cimientos democráticos del país.

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