En el desierto de Arizona, se levanta un gigante que podría cambiar el rumbo de la tecnología mundial. La planta de Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), conocida como “Fab Arizona”, promete poner a los Estados Unidos de vuelta en el mapa de la manufactura avanzada de semiconductores.

Mexconomy.- Si todo sale según lo planeado, para 2025 la fábrica no solo estará operativa, sino también produciendo chips de 4 nanómetros, una hazaña que hasta hace poco era dominio exclusivo de Taiwán.

El mundo de los semiconductores está dominado por Asia, con Taiwán a la cabeza gracias a TSMC, que fabrica alrededor del 92% de los chips más avanzados del mundo. Estados Unidos, aunque sigue siendo un líder en diseño de chips, produce apenas el 10% de los semiconductores globales, y ninguno de los más sofisticados. Esto plantea vulnerabilidades estratégicas, especialmente frente a posibles conflictos geopolíticos en el estrecho de Taiwán.

Con una inversión inicial de 12.000 millones de dólares, Fab Arizona no sólo busca cubrir esa brecha, sino también convertirse en un pilar de la seguridad tecnológica estadounidense. La planta contará con maquinaria de litografía ultravioleta extrema (EUV), esencial para grabar los diminutos diseños de los chips avanzados. Para 2025, se espera que produzca al menos 20.000 obleas de chips al mes, cubriendo necesidades clave en sectores como inteligencia artificial (IA), telecomunicaciones y electrónica de consumo.

Construir esta fábrica ha sido todo un desafío. La pandemia, la escasez de talento y los altos costos de producción en suelo estadounidense han ralentizado el cronograma original. Sin embargo, TSMC ha trabajado intensamente para superar estos obstáculos, recurriendo a expertos de Taiwán y formando alianzas con universidades estadounidenses como la Universidad Estatal de Arizona (ASU).

Además, el proyecto está enfrentando retos en recursos. La fábrica necesitará 4,7 millones de galones de agua diariamente, aunque TSMC planea reciclar el 65% para minimizar su impacto ambiental. En cuanto a energía, su demanda equivaldrá a la de 100.000 hogares, lo que ha llevado a la empresa a adquirir créditos de energía renovable.

El avance de Fab Arizona ha sido impulsado por la Ley de Chips, aprobada en 2022 bajo la administración Biden. Con un paquete de incentivos de 52.000 millones de dólares, esta legislación busca revitalizar la producción de semiconductores en Estados Unidos y reducir la dependencia de proveedores extranjeros. TSMC ha recibido 6.600 millones de dólares en subsidios, mientras que Intel, otro jugador fundamental, ha asegurado 7.900 millones para sus propias plantas en Arizona.

Sin embargo, el panorama político podría complicarse. Donald Trump, el presidente electo, ha criticado la Ley de Chips, generando incertidumbre sobre su continuidad. Pero muchos expertos coinciden en que revertir estas políticas podría poner en riesgo la seguridad nacional y el liderazgo tecnológico de EE.UU.

Estados Unidos vs. China: la carrera por el futuro

La competencia tecnológica entre EE.UU. y China está en su punto más álgido, especialmente en el campo de la IA. Mientras EE.UU. busca reforzar su capacidad de producción interna, China enfrenta restricciones cada vez más estrictas en el acceso a tecnología avanzada debido a los controles de exportación impuestos por Washington.

Fab Arizona no solo es una respuesta a la escasez global de chips, exacerbada durante la pandemia, sino también un movimiento estratégico para mantener a China un paso atrás en la carrera tecnológica. Sin embargo, el camino hacia la autosuficiencia no será sencillo. A pesar de los avances, Estados Unidos sigue enfrentando una brecha significativa en experiencia técnica y costos de producción.

Para 2030, Estados Unidos podría consolidarse como un líder en manufactura avanzada si proyectos como el de TSMC en Arizona alcanzan sus objetivos. Esto requerirá no solo inversión sostenida, sino también la formación de una nueva generación de ingenieros y técnicos especializados.

Por otro lado, la colaboración público-privada y las alianzas con socios internacionales serán cruciales. Fab Arizona es solo el comienzo de una estrategia más amplia que incluye expansiones en Japón, Alemania y posiblemente los Emiratos Árabes Unidos.

Fab Arizona simboliza mucho más que una planta de semiconductores. Representa una renovación del compromiso estadounidense con la innovación y la seguridad tecnológica. En un mundo cada vez más interconectado y competitivo, este proyecto podría definir el papel de EE.UU. en la economía global del siglo XXI.

Con Donald Trump en el poder presidencial, la pregunta es: ¿Podrá Estados Unidos superar los retos internos y externos para retomar su liderazgo en el escenario tecnológico mundial?

InfoStockMx / Región Global

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