🚀 China lanza su tercer lote de satélites para competir con Starlink 🌌, apuntando a una constelación de Internet global 📡
Mexconomy.- A principios de diciembre, China intentó lanzar su tercer lote de satélites de Internet de órbita baja para la constelación conocida como "Chanfon 4000 Sales". El proyecto tiene como objetivo establecer una red global de conectividad. SpaceX, con su proyecto Starlink, planea desplegar 15.000 satélites en total. Actualmente, Starlink ya cuenta con casi 7.000 satélites operativos en órbita, atendiendo a aproximadamente 5 millones de clientes en más de 100 países.
China busca competir con Starlink mediante proyectos como "Hanuku 3", una constelación que planea incluir 10.000 satélites, aunque aún no ha lanzado ninguno. Otro proyecto planea desplegar 13 satélites adicionales. La inversión en sistemas satelitales en China ha aumentado considerablemente desde 2021, tras el éxito global de Starlink.
El desarrollo de estas constelaciones está estrechamente vinculado al gobierno chino, aunque se han abierto oportunidades para el sector privado. La empresa estatal Satellite Networks Limited, establecida hace unos tres años y medio, gestiona gran parte de estos esfuerzos desde su sede en Shanghái.
En comparación, Estados Unidos destinó más de 73 mil millones de dólares a actividades espaciales el año pasado. China enfrenta el desafío de desarrollar cohetes reutilizables para lanzar sus satélites de manera rentable. Según la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), China deberá lanzar el 10% de sus satélites previstos antes de septiembre de 2029.
La competencia en el ámbito de los satélites de Internet es intensa. Además de Starlink, la empresa europea OneWeb ha lanzado más de 630 satélites de órbita terrestre baja. La expansión de estas redes plantea desafíos geopolíticos, ya que el acceso global a Internet puede sortear los sistemas de censura existentes en algunos países.
China ve en estos desarrollos una oportunidad para ejercer influencia política y reforzar su seguridad nacional. Tener una constelación propia permite mantener el control de su infraestructura de comunicaciones, crucial en caso de conflictos internacionales. Además, estas redes pueden desempeñar un papel clave en la futura economía digital global, facilitando tecnologías como el comercio de alta frecuencia y la conectividad para vehículos autónomos.
Sin embargo, el despliegue masivo de satélites plantea preocupaciones ambientales y de seguridad espacial. El riesgo de colisiones en órbita y la acumulación de escombros espaciales podrían hacer que algunas órbitas sean inutilizables. Además, los satélites interfieren con la observación astronómica.
A pesar de estos desafíos, se espera que se lancen hasta 58.000 satélites para 2030. Estados Unidos y China ya se preparan para una mayor competencia en este sector estratégico, conscientes de su impacto en la seguridad nacional y la economía global del futuro.
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