La entrega del Paquete Económico 2025 en la Cámara de Diputados es el primero presentado bajo el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. Calificado como el inicio de una nueva era con enfoque social, el documento proyecta ingresos por 8 billones de pesos y un crecimiento económico de entre 2% y 3%.
Mexconomy.- Al revisar la información se observa que detrás de los discursos optimistas, surgen cuestionamientos sobre su implementación y su capacidad para resolver los problemas estructurales del país.
El secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, destacó que el Paquete Económico combina estabilidad fiscal con justicia social, sin nuevos impuestos ni aumentos reales en los existentes. Sin embargo, depender de medidas de eficiencia recaudatoria y digitalización fiscal podría ser insuficiente para sostener las ambiciosas metas del gobierno, especialmente en un contexto donde la base tributaria sigue siendo limitada y el sistema fiscal altamente desigual.
Por otro lado, la proyección de ingresos tributarios equivalentes al 14.6% del PIB, aunque histórica, aún coloca a México lejos del promedio de recaudación en América Latina. Esto plantea dudas sobre cómo se financiarán los programas sociales y los megaproyectos de infraestructura sin comprometer la sostenibilidad fiscal a largo plazo.
¿Justicia social o gasto electoral?
El gobierno asegura que el presupuesto prioriza a los sectores más vulnerables, destacando programas como la Pensión Mujeres Bienestar, dirigida a 1.2 millones de mujeres mayores de 63 años, con un plan para extenderse progresivamente a partir de los 60 años. Si bien esta medida busca reducir desigualdades históricas, programas similares, aunque populares, no han logrado transformar estructuralmente las condiciones de pobreza en el país.
Además, el foco en la expansión de la infraestructura ferroviaria y la conectividad regional plantea interrogantes sobre su verdadero impacto en las economías locales y si estos proyectos responderán a necesidades reales o a intereses políticos en regiones clave.
Un déficit con riesgos crecientes
El déficit presupuestal proyectado en 3.2% del PIB y el nivel de deuda en 51.4% se presentan como señales de estabilidad. Sin embargo, estos niveles son los más altos en las administraciones recientes, lo que refleja una mayor dependencia del financiamiento para cubrir gastos. Aunque el gobierno argumenta que estos números son sostenibles, la falta de reformas estructurales y el limitado margen fiscal podrían hacer vulnerable al país ante choques económicos externos.
Retórica frente a una realidad compleja
El presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna, describió el Paquete Económico como la base para “el segundo piso de la transformación”. Sin embargo, la pregunta obvia es si este presupuesto realmente marca un cambio de paradigma o si es una continuidad maquillada de los proyectos de la administración anterior.
Las promesas de perspectiva de género, inclusión y justicia social contrastan con la falta de propuestas claras para combatir la precariedad laboral, la insuficiencia del gasto en salud y educación, y los retos en seguridad pública, áreas que afectan directamente el bienestar de las familias mexicanas.
El Paquete Económico 2025 llega en un momento crítico, con un nuevo gobierno que busca consolidar su agenda en medio de expectativas altas.
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