Es la estampa del drama de México: Mientras Guerrero se desangra bajo una imparable ola de violencia, la gobernadora Evelyn Salgado, lejos de encarar la crisis de inseguridad que azota a su estado, dedica sus noches a cantar en eventos pagados con recursos públicos
InfoStockMx.- Este miércoles, mientras 11 cadáveres eran arrojados a un costado de la Autopista del Sol, Salgado compartía escenario con el cantante Jorge “Coque” Muñiz en Zihuatanejo, entonando el clásico "Si Nos Dejan".
Este contraste indignante ha desatado críticas en redes sociales y en la opinión pública, donde se percibe como una muestra de insensibilidad ante el luto de miles de familias guerrerenses.
El problema de la violencia en Guerrero es alarmante. Solo entre el miércoles y el jueves pasados, el estado reportó 30 asesinatos, entre ellos los cuerpos desmembrados de 11 comerciantes desaparecidos desde octubre.
La ola de criminalidad ha obligado a los pobladores de municipios como Tecpan, Atoyac y San Jerónimo a confinarse en sus casas por miedo a quedar atrapados en el fuego cruzado entre organizaciones criminales y fuerzas de seguridad.
Sin embargo, estos sucesos críticos parecen no figurar en la agenda de la gobernadora.
Lo que muchos consideran un despliegue de frivolidad se manifestó también en la elección de transporte de Salgado, quien viajó en helicóptero a la inauguración del recinto turístico-cultural “El Partenón” de Zihuatanejo.
Este acto ilustra el alejamiento del pulso real de Guerrero y es una estampa que se reproduce en diferentes contextos como el de Michoacán, Chiapas, Sinaloa, entre otros.
En lugar de viajar por la carretera federal de la Costa Grande, una de las zonas más golpeadas por la violencia, Salgado optó por sobrevolarla, ignorando el temor y la incertidumbre con los que conviven día a día sus habitantes.
Las redes sociales no han dejado de manifestarse con descontento. “Se burla de Guerrero, tanto su padre como ella, mientras el Estado arde por la inseguridad”, comentaba un usuario, evocando las críticas que también recibió su padre, el senador Félix Salgado Macedonio, por su manejo del tema de seguridad en Acapulco.
Otros señalan que la mandataria “se la pasa cantando y divirtiéndose a costa del luto de familias”, indignados por la indiferencia ante el sufrimiento cotidiano de cientos de familias que lloran a sus seres queridos.
A pesar de la situación, Salgado se limitó a prometer que pronto “irá a Tecpan de Galeana y a Atoyac” con el respaldo de fuerzas de seguridad. Pero en las comunidades azotadas por enfrentamientos entre grupos criminales y fuerzas de seguridad, la presencia de las autoridades no ha logrado devolver la calma, y los habitantes permanecen encerrados y temerosos.
Gobernar se ha convertido en actos interminables de frivolidad. Guerrero vive en un estado de sitio no declarado, mientras su gobernadora canta.
La indiferencia gubernamental y la falta de empatía hacia el pueblo que “la eligió” dibujan un escenario sombrío. Cada evento y cada canción entonada por Evelyn Salgado en medio de esta tragedia social no hace sino acrecentar el distanciamiento entre el gobierno y la gente.
Y no se trata del “disfruten lo votado”. Guerrero, y otras entidades, necesitan urgentemente un liderazgo responsable, capaz de priorizar la seguridad y bienestar de sus habitantes por encima de los espectáculos.
La tragedia de Guerrero no es un escenario de juegos de poder. El dolor de su gente no debería ser la música de fondo para quienes ostentan el poder.
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