En respuesta a la controversia diplomática generada por los comentarios críticos del embajador estadounidense en México, Ken Salazar, hacia la política de seguridad mexicana, el Departamento de Estado ha salido en su defensa.

Washington - Durante una rueda de prensa en Washington, el vocero del Departamento de Estado, Vedant Patel, respaldó las declaraciones de Salazar, quien señaló los insuficientes resultados de la estrategia de seguridad del ex presidente Andrés Manuel López Obrador y criticó la falta de apertura a la cooperación de seguridad ofrecida por Estados Unidos.

Patel enfatizó que, pese a las tensiones, la prioridad sigue siendo mejorar la colaboración en seguridad con el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum.

“El Embajador Salazar fue muy claro en que todavía hay trabajo por hacer, trabajo importante. La cooperación en materia de seguridad entre EU y México sigue siendo una prioridad de seguridad nacional para nosotros”, expresó Patel. Agregó que la meta principal de la administración es “hacer que las comunidades, y en última instancia las personas de ambos lados de la frontera, se sientan seguras”.

La postura de Estados Unidos se da después de que la Secretaría de Relaciones Exteriores de México (SRE) emitiera una nota diplomática en protesta por las declaraciones de Salazar, argumentando que sus críticas eran una interferencia en los asuntos internos de México.

La presidenta Sheinbaum también hizo declaraciones en las que cuestionó la “consistencia” del embajador, sugiriendo que sus comentarios parecían inadecuados.

Salazar, quien criticó la estrategia de “abrazos, no balazos” de López Obrador, afirmó recientemente que dicha política no generó los resultados necesarios para la seguridad de la región, añadiendo que la administración mexicana anterior rechazó el apoyo ofrecido por Estados Unidos en materia de seguridad.

El respaldo oficial de Washington a las palabras de Salazar evidencia una creciente tensión en el área de cooperación binacional en seguridad, tema que se ha convertido en prioritario dada la preocupación de ambos países por el tráfico de armas y la influencia del crimen organizado en la frontera.

La administración Sheinbaum, que ha mantenido algunos de los pilares de la política de seguridad de López Obrador, ahora enfrenta el desafío de definir su relación de cooperación con Estados Unidos en un episodio que pone una prueba para el nuevo gobierno de Sheinbaum.

El respaldo del Departamento de Estado a su embajador en México podría ser visto como una presión diplomática para que México adopte una postura más receptiva hacia la asistencia estadounidense. Con los problemas de seguridad en niveles críticos en varias regiones del país, la demanda de acciones conjuntas sigue siendo un tema delicado en las relaciones México-Estados Unidos.

InfoStockMx / Región Global

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