En un mundo dominado por potentes motores y alta velocidad, pocas mujeres se han atrevido a enfrentar las pistas desafiando los prejuicios.
Alexandra Quintana, orgullosamente poblana, ha encontrado su lugar en el automovilismo y ha emergido como una de sus figuras más prometedoras. Su historia es la de una guerrera de las pistas; una mujer valiente que no solo desafía las curvas de cada circuito, sino también las barreras sociales y culturales que han intentado frenarla desde su primer día en un kart.
Soy Katherine Castelán, columnista de Región Global en "Figuras y Negocios," y hoy tengo el gusto de presentarles una historia que va más allá de los motores y el asfalto. Prepárense para conocer a Alexandra Quintana y descubrir cómo una mujer con temple de acero conquista las pistas y se convierte en inspiración para una nueva generación.
Alexandra comenzó su travesía en el automovilismo a los 8 años. A esa edad, en lugar de jugar con muñecas, pasaba sus días en el taller junto a su padre, aprendiendo sobre motores, cubriéndose de grasa y soñando con la velocidad. "Desde muy chica siempre me gustaron más los coches que las muñecas", nos dice. Esta atracción genuina la llevó a pedirle a su padre que la inscribiera en un kartódromo, donde no solo encontró su pasión, sino una forma de vida.
La realidad de Alexandra no ha sido sencilla. Desde pequeña, enfrentó críticas de padres que no entendían cómo una niña podía ganarle a sus hijos en las pistas. Y aunque las miradas escépticas la acompañaron al principio, su desempeño y sus triunfos comenzaron a hablar más fuerte que las opiniones de los demás. Con cinco campeonatos nacionales de karting y dos competencias mundiales a sus espaldas, Alexandra fue construyendo un camino que la llevaría mucho más lejos. Para los 16 años, ya estaba compitiendo en la Fórmula 4; a los 17, daba sus primeros pasos en la Fórmula 3, y no se detuvo allí.
Para muchos pilotos jóvenes, su sueño es llegar a la Fórmula 1, y Alexandra no es la excepción. Sin embargo, su historia tiene algo diferente. Más allá del sueño de alcanzar la cima de este deporte, Alexandra quiere abrir las puertas del automovilismo para otras mujeres y romper los estereotipos que han mantenido a muchas fuera de las pistas. "Mi objetivo no es solo ganar carreras; quiero facilitarles el camino a otras mujeres que sueñan con esto, que sepan que también pueden estar en este deporte", asegura.
En 2023, Alexandra decidió regresar al automovilismo después de una pausa de cinco años debido a un accidente en Bélgica que la dejó fuera de las pistas. "Ese choque marcó un antes y un después en mi carrera. Me retiré por respeto, por el tiempo que me tomó recuperarme. Pero al regresar, me di cuenta de que el amor por este deporte sigue tan vivo como siempre", comparte. La experiencia de Alexandra la ha llevado a una nueva etapa de su carrera, con un enfoque más maduro. Para ella, cada carrera es ahora una oportunidad para disfrutar al máximo, con la mentalidad de que cada vez que pisa una pista podría ser la última.
La influencia de figuras como Checo Pérez, ícono del automovilismo en México, ha sido un impulso adicional para Alexandra. Con Checo abriendo caminos y demostrando que los mexicanos pueden brillar en la Fórmula 1, Alexandra ve una oportunidad no solo para sí misma, sino para una nueva generación de pilotos mexicanos. "Checo nos ha dado una referencia, una oportunidad de soñar en grande. Es nuestro ejemplo de que sí se puede", comenta Alexandra.
En Europa, donde el automovilismo es parte de la cultura y las mujeres al volante son más comunes, Alexandra encontró un ambiente en el que su talento fue valorado. “En Inglaterra, la gente acampa en las pistas días antes para ver las carreras. Es un espectáculo y una tradición, como el fútbol en México”, relata. Sin embargo, en su regreso a México, Alexandra percibe que aún falta apoyar a los pilotos nacionales, especialmente a las mujeres que quieren abrirse paso en un deporte que aún se percibe como territorio masculino.
Alexandra también ha encontrado en la tecnología una herramienta clave para su entrenamiento. El simulador es su aliado en el día a día. Le permite experimentar distintos vehículos sin tener que invertir en ellos físicamente y mantenerse al tanto de la dinámica de diferentes coches y circuitos alrededor del mundo. Este toque futurista en su entrenamiento ha hecho que Alexandra se mantenga competitiva y preparada para cualquier desafío que venga.
Para Alexandra Quintana, la pista no es solo un lugar de competencia; es un espacio de inspiración y una plataforma de cambio. En un mundo donde la velocidad y el riesgo están a la orden del día, Alexandra corre con un propósito más grande que el podio: demostrar que las mujeres pueden y deben estar en el automovilismo. Para quienes quieran seguir sus pasos, ella tiene un consejo claro: "Nada cae del cielo. La dedicación y la disciplina lo son todo. Y nunca se dejen frenar por las críticas; que estas sean el combustible para llegar cada vez más lejos."
El automovilismo mexicano está en un punto de transformación, y Alexandra Quintana es parte de este cambio. Su retorno a las pistas es un mensaje: México está preparado para ver a sus mujeres liderar en este deporte, y el sueño de Alexandra no es solo una victoria personal, sino una victoria para todas las futuras pilotos mexicanas que sueñan con romper el sonido de los motores y los estereotipos.
Conoce a Alexandra Quintana en el 1er Festival Cultural Empresarial “Tonal Mexhico” en Cholula, este sábado 9 de noviembre. Descubre la historia de una piloto que ha roto barreras en el automovilismo y sigue inspirando a nuevas generaciones. ¡No te lo pierdas!
Si te interesa conocer más de Alexandra, aquí la entrevista completa:
Entrevista:
Katherine Castelán (KC): Soy Katherine Castelán de Figuras y Negocios, y hoy estoy con Alexandra Quintana:
Alexandra Quintana (AQ): Muchísimas gracias por la invitación. Empecé muy joven en el automovilismo, a los 8 años, corriendo karts. Desde niña, siempre me gustaron más los coches que las muñecas. Ayudaba a mi papá en el coche, me llenaba de grasa y todo. La primera vez que fui a un kartódromo, unos amigos me prestaron un kart para dar unas vueltas. Me enamoré, y al bajarme le dije a mi papá que quería seguir. Empecé entrenando como un hobby, pero poco a poco lo fui tomando en serio. Fui cinco veces campeona nacional y participé en dos mundiales de karting. Esto me motivó a dedicarme aún más, y a los 16 años me pasé a Fórmula 4; luego, a los 17-18 años, empecé en Fórmula 3.
KC: Desde joven te involucraste mucho en el automovilismo, ¿cómo fue ese proceso para ti y tu familia?
AQ: Para mí fue todo un compromiso. El automovilismo es una disciplina que exige mucho: dejé de ir a fiestas desde niña, y más adelante en la adolescencia también sacrifiqué mucho. Mis papás también sacrificaron cosas para apoyarme. Mi papá incluso formó una escudería de Fórmula 4 en la que teníamos tres coches; él rentaba dos y yo corría en el otro. Él fue mi principal patrocinador, además de otras marcas, y me apoyó cuando decidí competir en Europa. Al principio fue difícil. No es fácil explicarle a una niña de 8 años que algunos padres de otros pilotos se molestan porque una niña les gana. Yo solo quería competir, pero enfrenté críticas, y había quienes decían que, por ser mujer, no podría manejar bien o controlar coches con más potencia. Esto me motivó a demostrar que el talento no tiene género.
KC: Y ahora que has regresado a las pistas, ¿qué cambios has notado?
AQ: Pues dejé el automovilismo por cinco años y al regresar noté que sigue siendo un ambiente difícil para las mujeres, aunque sí hay más visibilidad. Aún así, es un reto conseguir patrocinadores y avanzar en un mundo que históricamente ha sido dominado por hombres. Con mi equipo he trabajado mucho para lograrlo, y me motiva saber que, con esfuerzo, puedo facilitarle el camino a otras mujeres que quieren estar en el deporte motor.
KC: Hablando de referentes, ¿qué piensas sobre el impacto de Checo Pérez en el automovilismo mexicano?
AQ: Checo Pérez ha sido una inspiración enorme. Él prácticamente puso el automovilismo en el mapa para México. Antes que nada, su ejemplo muestra que los pilotos mexicanos pueden llegar lejos. Apoyar a más pilotos es clave, porque somos varios quienes también podemos lograrlo y demostrar el talento que hay en México. Y más allá de la Fórmula 1, hay otras categorías en las que también se puede destacar.
KC: ¿Qué se necesita para llegar lejos en este deporte?
AQ: Dedicación y disciplina son fundamentales. Cuando decidí tomar esto en serio, me di cuenta de que no era solo manejar; es también un trabajo físico y mental muy demandante. Entreno dos horas diarias para fortalecerme, porque controlar el coche requiere mucha fuerza. También es importante estar bien mentalmente. Todo esto, junto con la pasión que siento por el automovilismo, me ha llevado a ser la primera mujer en ganar una carrera FIA de Fórmula 4, lo cual es un orgullo enorme para mí.
KC: ¿Cómo ha sido tu experiencia corriendo internacionalmente?
AQ: Fue una gran experiencia. En Europa, es más común ver a mujeres en el automovilismo, y el deporte es parte de la cultura. Cuando corría en Inglaterra, veía a gente acampar en las pistas días antes para conseguir un buen lugar y ver las carreras, como aquí lo harían para ver un partido de fútbol. Este impulso de la Fórmula 1, y el apoyo hacia Checo, ha abierto puertas en México, pero todavía falta que se tome más en serio el potencial del automovilismo aquí.
KC: Sabemos que tuviste un accidente en Bélgica que marcó tu carrera. ¿Cómo fue para ti ese proceso?
AQ: Ese choque fue un momento clave; me retiré cinco años después de él. No fue por miedo, sino por respeto, y también porque me tomó mucho tiempo recuperarme físicamente. Para mí, en ese momento, era un capítulo cerrado, pero al regresar a las pistas, redescubrí mi amor por el automovilismo. Me ha dado la oportunidad de volver a vivir esta pasión al 100%.
KC: ¿Qué consejo darías a otras mujeres que quieren entrar en el automovilismo?
AQ: Les diría que todo es posible con dedicación y disciplina. Nada cae del cielo, y el trabajo y la ambición son esenciales para lograrlo. Las críticas existen, pero hay que verlas como motivación para seguir adelante.
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