🚨 Culiacán vive en el miedo: Mientras autoridades refuerzan seguridad con ejército y Guardia Nacional 🪖, ciudadanos denuncian secuestros exprés y extorsiones diarias. Comerciantes como Óscar Sánchez claman por ayuda ante un Culiacán “secuestrado por la violencia” 🆘. Las promesas oficiales se sienten lejos de la realidad en una ciudad donde la criminalidad no da tregua ⚠️
Culiacán, Sinaloa.- En medio de una ola de violencia que ha dejado más de 160 homicidios en solo un mes, el gobierno federal y estatal ha anunciado nuevas medidas de seguridad para enfrentar la crisis en Sinaloa.
Encabezados por el General Ricardo Trevilla y el Secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, las autoridades han prometido fortalecer la presencia militar y aumentar las acciones de inteligencia para devolver la paz a la región. Sin embargo, en las calles de Culiacán, el panorama parece desoladoramente distinto para los ciudadanos, atrapados entre la retórica oficial y una realidad alarmante.
En una reunión celebrada en la Novena Zona Militar, el gobernador Rubén Rocha Moya, junto a las autoridades de seguridad, delinearon una serie de estrategias para contener la violencia.
Entre los compromisos, se incluye el despliegue de fuerzas especiales y un aumento en los efectivos de la Guardia Nacional, que también asumirán labores de proximidad social en eventos públicos. Para el gobierno, estas acciones son una reafirmación de su compromiso con la seguridad y la tranquilidad de los sinaloenses.
Pero para los habitantes de Culiacán, la situación es dramáticamente distinta. La denuncia de Óscar Sánchez, líder de la Unión de Locatarios, refleja el terror con el que conviven a diario comerciantes y ciudadanos.
"Culiacán está secuestrado por la inseguridad”, expresó esta mañana.
En medio de extorsiones y secuestros exprés, los comerciantes han visto cómo el crimen organizado exige rescates que oscilan entre los 10 mil y 100 mil pesos, a cambio de unas pocas horas de libertad.
En total, al menos 12 comerciantes han sido plagiados recientemente, sumergiendo a la población en una psicosis colectiva.
Apenas horas después de que el secretario García Harfuch abandonara la ciudad, Óscar Sánchez informaba sobre nuevos crímenes.
Para muchos ciudadanos, la visita oficial parece haber sido más una estrategia de imagen que una solución tangible a la violencia.
“Parece ser que nada más estaban esperando que se fuera”, señaló Sánchez con frustración.
Las declaraciones oficiales contrastan abrumadoramente con la experiencia de los culiacanenses, quienes, al final del día, siguen expuestos a la violencia del crimen organizado que no da tregua.
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