"El tipo de cambio es el barómetro de la confianza en la economía de una nación." — John Maynard Keynes

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La economía mexicana, en 2024, está siendo sometida a un cúmulo de presiones tanto internas como externas, más allá de la Reforma Constitucional al Poder Judicial de la Federación.

Entre los principales factores que moldean el panorama se encuentran el aumento en el tipo de cambio, el incremento de los precios de los combustibles, las presiones inflacionarias derivadas de salarios al alza y un déficit público creciente.

¿Cuáles son los posibles escenarios para diciembre de 2024? ¿Qué ajustes podrían mitigar los riesgos?

1. Incremento de la Inflación y el Tipo de Cambio

Uno de los aspectos más preocupantes del entorno económico actual es la presión inflacionaria causada por el debilitamiento del peso mexicano, el aumento en los costos de los combustibles y un mercado laboral más rígido. Con base en los datos recientes, el tipo de cambio ha oscilado alrededor de 20 pesos por dólar, y se ha observado una tendencia de depreciación, lo que sugiere que las presiones inflacionarias aumentarán en lo que resta del año.

Factores que influencian este escenario:
  • Tipo de cambio: Un peso más débil aumenta el costo de las importaciones, lo que se refleja en precios más altos para bienes intermedios y productos finales. Esto afecta directamente a la inflación interna, ya que México depende de importaciones para satisfacer parte de su demanda de bienes de consumo y capital.
  • Combustibles: Los precios de la gasolina rondan los 25 pesos por litro, lo que impacta tanto a los consumidores como a los sectores productivos. Los costos de transporte y producción incrementan, generando un "efecto de segunda ronda" en los precios de otros bienes y servicios.
  • Déficit público: Un déficit fiscal en expansión podría incrementar las necesidades de financiamiento del gobierno. Esto puede llevar a una mayor emisión de deuda, aumentando las tasas de interés y generando tensiones adicionales en la política monetaria del Banco de México. Un déficit elevado también reduce la confianza de los mercados y afecta la percepción de riesgo país.
  • Salarios: El incremento de los salarios mínimos para el siguiente año, si bien necesario para mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores, podría generar presiones inflacionarias adicionales, especialmente en sectores de bajo valor agregado, donde los márgenes de ganancia son más ajustados.

Proyección: La inflación para diciembre de 2024 podría llegar a niveles cercanos al 7%, superando el objetivo del Banco de México (3% +/-1). Este aumento de precios sería acompañado por una desaceleración económica, con un crecimiento del PIB cercano al 1%, lo que refleja una economía estancada y con dificultades para generar empleos formales.

2. Escenario Alterno: Ajustes Monetarios y Presiones Recesivas

Si el Banco de México actúa con agresividad para contener la inflación mediante aumentos en la tasa de interés, es probable que se enfrente a un contexto de mayor contracción económica. En este escenario, se prioriza la estabilidad de precios sobre el crecimiento económico. Aunque esta política podría contener el alza inflacionaria, lo haría a costa de una desaceleración más pronunciada en la inversión y el consumo.

Proyección: Un aumento significativo en las tasas de interés podría llevar a una inflación más controlada, quizás en torno al 5.5% para diciembre de 2024, pero el costo sería un crecimiento económico negativo (-0.5%) o cercano a cero. Las inversiones, particularmente en infraestructura y manufactura, se verían reducidas, y la economía en su conjunto enfrentaría una desaceleración severa.

4. Escenario Óptimo: Ajuste Fiscal y Reforma Estructural

Un tercer escenario, que podría considerarse el más favorable a mediano plazo, implicaría un ajuste fiscal significativo y reformas estructurales para atacar las raíces de las presiones inflacionarias y del déficit público. En este escenario, el gobierno implementaría una política de consolidación fiscal para reducir el déficit, acompañado de reformas que fomenten la inversión privada y pública de manera sostenible.

Proyección: En este escenario, la inflación podría mantenerse en torno al 6%, con un crecimiento económico cercano al 1.5%. Este escenario dependería de la capacidad del gobierno para aplicar recortes de gasto y reformas que estimulen la productividad sin recurrir a aumentos abruptos de impuestos. Además, se necesitaría una mayor disciplina en el manejo del gasto público y una mejor eficiencia en la recaudación tributaria.

Política Económica

Con base en los escenarios presentados, las siguientes políticas económicas pueden mitigar los riesgos y mejorar el panorama económico:

  • Consolidación Fiscal: El gobierno debe priorizar la reducción del déficit público a través de una consolidación fiscal gradual pero firme. Esto implica recortar gastos no esenciales y redirigir recursos hacia áreas productivas que fomenten el crecimiento económico. Además, se debe mejorar la recaudación tributaria, ampliando la base impositiva y reduciendo la evasión fiscal.
  • Ajuste Monetario Responsable: Aunque es necesario controlar la inflación, el Banco de México debe manejar cuidadosamente las tasas de interés para no asfixiar la recuperación económica. Un enfoque gradual que tome en cuenta tanto la estabilidad de precios como el crecimiento sería más prudente que un endurecimiento abrupto.
  • Reformas Estructurales: Se requieren reformas que incrementen la productividad y la competitividad de la economía. Entre las áreas clave se encuentran la reforma laboral para mejorar la flexibilidad del mercado de trabajo, la inversión en infraestructura, y el apoyo a la innovación y la tecnología. Estas reformas ayudarían a aumentar el potencial de crecimiento de México a largo plazo.
  • Política de Inversión Pública: El gobierno debe incentivar la inversión en sectores estratégicos como la energía, tecnología y manufactura avanzada. Una inversión pública eficiente y bien dirigida puede complementar el gasto privado y estimular el crecimiento en áreas que generen empleo formal.
  • Política Comercial y Cambiaria: Es necesario diversificar las fuentes de ingresos en divisas, promoviendo exportaciones no petroleras y ampliando acuerdos comerciales que beneficien a sectores emergentes. Esto podría aliviar las presiones sobre el tipo de cambio y reducir la volatilidad cambiaria.

Conclusiones

El escenario económico para México en diciembre de 2024 está cargado de incertidumbre, con múltiples factores presionando hacia una mayor inflación y una posible desaceleración económica. No obstante, existen vías para mitigar estos riesgos. Un ajuste fiscal responsable, acompañado de reformas estructurales, puede ayudar a estabilizar la economía y sentar las bases para un crecimiento sostenido en el futuro. Si bien las políticas a corto plazo, como el control de la inflación mediante aumentos en las tasas de interés, pueden aliviar las presiones inmediatas, las soluciones de largo plazo radican en reformas estructurales que aumenten la competitividad y reduzcan las vulnerabilidades fiscales de México.

Con un enfoque equilibrado en las políticas fiscales y monetarias, México podría navegar los retos actuales y posicionarse para un crecimiento más estable en los próximos años.

InfoStockMx / Región Global

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