"Se subió al tabique y creyó que era una montaña."
🔴 Sergio Salomón Céspedes Peregrina heredará una Puebla sumida en la violencia 🔴 Nunca ha tenido la voluntad de corregir los errores de Miguel Barbosa Huerta 👎 Todo lo contrario, los profundizó 🏅 Premió a mandos ineficaces y deja a Alejandro Armenta una "herencia maldita" 🚨 Los números en seguridad son un fracaso absoluto, y la crisis sigue creciendo 💥Sergio Salomón Céspedes Peregrina, al abordar la violencia reciente en Puebla, emite en redes sociales un mensaje lleno de rutina y superficialidad, utilizando términos que eluden un verdadero análisis de la violencia y la inseguridad durante su administración. Su maltrecho discurso parece desviar la atención de los puntos clave y evitar asumir la responsabilidad directa por la crisis de seguridad que vive la entidad que mal gobierna.
El origen del problema: la era de Miguel Barbosa Huerta
El mandato de Miguel Barbosa Huerta, fallecido el 13 de diciembre de 2022, marcó un punto crítico en la historia de la seguridad en Puebla. Durante su gobierno, la entidad experimentó una ola delictiva alarmante, especialmente atribuida a la designación de mandos en la policía estatal.
Los nombramientos del finado gobernador resultaron ser ineficaces para contener la creciente actividad criminal, lo que dejó a Céspedes Peregrina con una crisis que ya venía en ascenso. Los cimientos de esta crisis fueron colocados por Barbosa.
Continuidad en los errores
En lugar de hacer una revisión exhaustiva de los mandos de seguridad nombrados por su predecesor, Céspedes Peregrina decidió mantener el status quo. Como niño con juguete nuevo, poco después, decidió premiar a esos mismos funcionarios. Con sus actos no solo perpetuó los errores del pasado, sino que, además, colocó a nuevos mandos que claramente no han logrado revertir el deterioro de la seguridad pública.
Sergio Salomón Céspedes Peregrina profundizó una crisis que, desde el inicio de su pactada administración, requería una reestructuración profunda y no meros cambios cosméticos en las cúpulas de seguridad.
La “herencia maldita”
El perímetro de la ciudad de Puebla se ha convertido en el epicentro de la violencia, pero su impacto abarca todo el estado.
Esta crisis será la “herencia maldita” que Céspedes Peregrina dejará a su sucesor, Alejandro Armenta, quien tendrá que lidiar con un escenario donde el control territorial del Estado se encuentra críticamente fracturado por el crímen a lo largo y ancho de la geografía del estado.
La violencia se ha desbordado y los grupos criminales se han asentado cómodamente, lo mismo en la Sierra Norte que en la Mixteca o en los valles centrales y, desde luego, en la capital de la entidad, lo que pone en duda seriamente la capacidad de su gobierno para contener la expansión criminal.
Reprobado
Medido estrictamente por los resultados, Céspedes Peregrina ha fallado como gobernante en varios temas, pero especialmente en seguridad.
Las cifras hablan por sí solas: huachicol, homicidios, secuestro, extorsiones y otros delitos de alto impacto continúan en aumento.
Este saldo quedará como una mancha sangrienta indeleble en su administración, señalando objetivamente su incapacidad de ofrecer una solución sostenible a los problemas más apremiantes de Puebla.
Discurso vacío frente a una crisis profunda
El mensaje del gobernador Céspedes Peregrina, lejos de reconocer los errores, parece diseñado para ‘ñoños’. A la población medianamente informada, no ofrece soluciones concretas.
Frases como “no vamos a bajar la guardia” o “coordinación entre órdenes de gobierno” son fórmulas vacías que no abordan el verdadero problema estructural: su incapacidad manifiesta de reformar las instituciones de seguridad y de enfrentar con seriedad a los grupos criminales.
Aún así, el gobernador cuenta las horas, y hasta los minutos, para irse de Puebla y ser premiado por su “lealtad” a la campaña de Claudia Sheinbaum con un cargo de subsecretario en la administración pública federal.
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