🚨 Cinco comunidades de Chiapas están aisladas por narcos, dejando a miles de personas sin acceso a alimentos ni ayuda. La región está bajo el control del crimen organizado y la violencia continúa ⚠️
Frontera Comalapa, Chis.- La violencia en la Sierra de Chiapas ha dejado a cinco comunidades incomunicadas desde el pasado domingo, cuando integrantes de cárteles de la droga destruyeron el puente que conectaba a miles de personas con el resto de la región.
Las comunidades afectadas, ubicadas en Amatenango de la Frontera, cerca de la frontera con Guatemala, están sufriendo la falta de alimentos y el temor de nuevos ataques.
Los cárteles de la droga, en pugna por el control territorial, han aislado completamente a los habitantes, quienes ahora enfrentan un panorama de terror y desabasto, mientras las autoridades parecen no responder a sus llamados de auxilio.
Las comunidades de Río Guerrero, La Pureza, La Playa, Zacatonal y Zacualtipan han quedado incomunicadas luego de que los cárteles destruyeran el puente que les permitía cruzar el Río Grijalva.
Este acto fue una estrategia de los grupos delictivos para controlar la región, donde el Cártel de Sinaloa y el Cártel de Chiapas y Guatemala, vinculado al CJNG, luchan por el dominio del territorio fronterizo con Guatemala.
Sin acceso a vías de comunicación, los habitantes reportan falta de alimentos y medicamentos. Los niños y niñas viven en un estado de miedo constante, mientras los adultos intentan encontrar soluciones sin apoyo oficial.
Esta situación no es nueva: cientos de personas ya se desplazaron a Guatemala en julio debido a la violencia de estos mismos cárteles.
Los pobladores han solicitado ayuda al Gobernador Rutilio Escandón en múltiples ocasiones, pero aseguran que sus llamados han sido ignorados. La falta de intervención del gobierno y del Ejército ha llevado a la formación de grupos de autodefensas, que buscan imponer seguridad en la región ante la ausencia de las fuerzas del Estado.
El activista Luis Abarca, del Comité Digna Ochoa, criticó la inacción del Ejército y denunció la colusión entre las Fuerzas Armadas y el crimen organizado.
"Las Fuerzas Armadas, lejos de proteger a la población, parecen estar coludidas con los criminales", afirmó Abarca. "Estas comunidades están sometidas al reclutamiento forzado y al terror".
Esta no es la primera vez que los cárteles utilizan el aislamiento para someter a comunidades enteras en Chiapas.
En octubre pasado, grupos armados cerraron todas las vías de acceso y cortaron el suministro eléctrico en los municipios de Tila y Yajalón, replicando una estrategia de control y sometimiento que se extiende por todo el estado.
Según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), los casos de violencia en Chiapas por parte de grupos del crimen organizado han ido en aumento. Las autoridades locales y federales no han logrado frenar la creciente influencia de los cárteles, y los pobladores siguen desprotegidos y a merced de la violencia.
El control del crimen organizado sobre las comunidades de Chiapas ha puesto en evidencia la fragilidad del Estado en esta región. Mientras las autoridades permanecen inactivas, los pobladores se enfrentan a una crisis humanitaria en la que el hambre, el miedo y la violencia son el pan de cada día.
La situación exige una intervención urgente para restaurar la paz y la seguridad en la zona.
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