📢 Con 353 votos a favor, la Cámara de Diputados aprobó la integración de la Guardia Nacional a la Sedena. ¿Estamos viendo el fortalecimiento de la seguridad o un peligroso control militarizado? 🤔⚔️
CDMX.- El reciente aval en la Cámara de Diputados que incorpora a la Guardia Nacional bajo el mando de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) genera controversias sobre el futuro de la seguridad pública en México.
Con una votación de 353 votos a favor, 126 en contra y cero abstenciones, el dictamen no solo modifica disposiciones clave de la Constitución, sino que también abre el debate sobre la creciente militarización de las fuerzas de seguridad en tiempos de paz.
Este cambio es visto por muchos como una amenaza al control civil sobre las instituciones de seguridad pública.
La introducción de modificaciones a artículos cruciales, como el 21, 32 y 129 de la Constitución, incorpora una mayor presencia militar en tareas tradicionalmente civiles. La pregunta es: ¿Es este un movimiento necesario para combatir la inseguridad o un desliz hacia la militarización permanente del país?
Guardia Nacional militarizada: ¿cuáles son los riesgos?
La reserva presentada por la diputada Merary Villegas Sánchez (Morena), aceptada en el pleno, modificó el artículo 21 para eliminar las palabras "de origen" y "marino", dejando a la Guardia Nacional bajo la formación militar, pero con un enfoque policial. Este detalle puede parecer menor, pero refleja el núcleo del debate: ¿se necesita una fuerza militarizada para ejecutar la Estrategia Nacional de Seguridad Pública?
Diputados como Ricardo Sóstenes Mejía Berdeja (PT) y Leonel Godoy Rangel (Morena) argumentaron a favor de esta militarización, mientras que opositores como Rubén Ignacio Moreira Valdez (PRI) y Gibrán Ramírez Reyes (MC) señalaron los peligros de una erosión de los derechos civiles.
Otro punto de crítica es el poder que se le otorga al Ejecutivo Federal para disponer del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea en tareas de seguridad pública. Según los cambios constitucionales, en tiempos de paz, ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las previstas por la ley. Sin embargo, esta ambigüedad ha generado temores de que la frontera entre la seguridad pública y la militar se difumine.
Impacto a corto y largo plazo
La reforma estipula un plazo de 180 días para que el Congreso armonice el marco jurídico, pero en el ínterin, la Guardia Nacional continuará operando con las disposiciones previas.
Este periodo transitorio es crucial, ya que establece la base para una transformación que muchos temen pueda llevar al despliegue prolongado de militares en labores de seguridad pública.
La integración de la Guardia Nacional a la Sedena es vista por algunos como una medida necesaria para reforzar la lucha contra el crimen, pero para otros, representa un retroceso en el control civil sobre la seguridad pública.
El debate está abierto y las implicaciones de esta reforma aún están por verse, pero lo que está claro es que México se enfrenta a una encrucijada en su enfoque de seguridad.
0 Comentarios