Puebla de Zaragoza, Pue,. La disponibilidad de agua en Puebla está llegando a un punto crítico. El estado, que alberga una riqueza hidrológica diversa, enfrenta una serie de desafíos que amenazan su suministro hídrico y ponen en riesgo la vida misma. Desde la contaminación hasta la sobreexplotación para fines agrícolas y el crecimiento descontrolado de las áreas urbanas, los problemas son abundantes y apremiantes.
Según el "Programa de Apoyo al Desarrollo Hidráulico de los Estados de Puebla, Oaxaca y Tlaxcala", los recursos hídricos de Puebla se distribuyen en cuatro regiones hidrológicas principales: Pánuco, Tuxpan-Nautla, Papaloapan y Balsas. Aunque se estima un excedente total de agua superior a los 5,000 hm3, la distribución desigual de estos recursos plantea serios desafíos. Mientras que algunas regiones como la Sierra Norte disfrutan de abundantes corrientes superficiales, áreas como la porción sur y la Mixteca se enfrentan a escasez crónica, exacerbada por la sobreexplotación y la contaminación.
La situación se agrava con la identificación de dos acuíferos sobreexplotados: el Valle de Tecamachalco y Tepalcingo-Axochiapan. Estos acuíferos, vitales para el sustento de la vida y la agricultura en la región, están siendo explotados a un ritmo insostenible, agotando los recursos subterráneos a una velocidad alarmante. Además, los ríos Atoyac y Alseseca, arterias vitales de la región, están contaminados por descargas de aguas residuales industriales, comprometiendo aún más la calidad del agua disponible.
La entonces Comisión Estatal del Agua y Saneamiento de Puebla identificó varios problemas en el suministro de agua potable, incluida una distribución desigual y la dependencia del racionamiento en áreas urbanas. Estos problemas continúan y se agrega la falta de disponibilidad de aguas superficiales, la mayoría concesionadas para la agricultura, lo que también contribuye a la crisis. Además, la ubicación geográfica del estado lo hace vulnerable a fenómenos hidrometeorológicos extremos, que han causado estragos en el pasado y representan una amenaza constante.
Ante esta realidad preocupante, es imperativo que se tomen medidas urgentes para proteger y preservar los recursos hídricos de Puebla. La colaboración entre el gobierno, la sociedad civil y el sector privado es esencial para implementar políticas y prácticas que garanticen un uso sostenible del agua y salvaguarden este recurso vital para las generaciones futuras. El reloj está corriendo, y la hora de actuar es ahora antes de que la escasez de agua sea un problema mayor.
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