🇲🇽 La democracia en México está capturada por el crimen organizado 🗳️ En los estados clave como Chiapas, Michoacán, Guerrero y Guanajuato, la violencia y los asesinatos de candidatos amenazan el proceso electoral del 2 de junio 🔥 #EleccionesMéxico2024 👥

Horacio De la Cruz S.

| @hcsblog

El próximo 2 de junio, México se enfrentará a una de las elecciones más importantes y violentas de su historia contemporánea. Los estados de Chiapas, Michoacán, Guerrero y Guanajuato se han convertido en territorios clave para la expansión de los grupos criminales, poniendo en jaque la integridad de la democracia mexicana.

Violencia en Números

La magnitud de la violencia electoral es escalofriante. Desde septiembre de 2023 hasta finales de mayo de 2024, se han registrado 749 víctimas de ataques violentos relacionados con el proceso electoral. Esto incluye 34 aspirantes asesinados y un total de 231 homicidios que abarcan funcionarios, exfuncionarios, políticos y víctimas colaterales.

A pesar de estas cifras alarmantes, el gobierno federal parece estar en un estado de negación, reconociendo oficialmente solo 22 asesinatos de aspirantes, mientras que organizaciones como Data Cívica y Causa en Común reportan cifras mucho más altas.

La negación por parte del gobierno federal de la violencia que azota al país es preocupante.

En los hechos el gobierno renunció a aceptar la dimensión del problema. En lugar de adoptar una postura proactiva y desarrollar políticas públicas innovadoras, el gobierno permanece defensivo, minimizando la gravedad de la situación.

Participación Ciudadana

El miedo generado por la violencia política no solo afecta a los candidatos, sino también a la ciudadanía.

Según Data Cívica, cada agresión contra un candidato reduce la participación electoral en la localidad en un 1.3%. Si la víctima es un político en funciones, como un alcalde, la participación disminuye un 3%.

Este fenómeno refleja un debilitamiento de la democracia, donde los ciudadanos se ven desmotivados o atemorizados para salir a votar, sintiendo que el crimen organizado es quien realmente domina el panorama electoral.

Estos días es evidente que a pesar de los esfuerzos de las fuerzas armadas y la Guardia Nacional para proteger a los candidatos, la violencia no ha cesado. Ejemplos como el asesinato de Alfredo Cabrera, candidato a alcalde de Coyuca de Benítez, muestran que los protocolos de seguridad no son efectivos.

Los datos revelan que la mayoría de las víctimas de asesinato eran candidatos municipales y, en su mayoría, opositores al gobierno local. Esto sugiere que los grupos criminales buscan eliminar las amenazas a sus proyectos políticos, consolidando su control y expandiendo sus redes de impunidad. Incluso, dentro del partido gobernante, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), se han registrado numerosas víctimas, como Gisela Gaytán, candidata a alcaldesa de Celaya.

Incertidumbre

Con más de 98 millones de votantes convocados a renovar más de 20,000 cargos, incluyendo la presidencia, las próximas elecciones en México están bajo una sombra de incertidumbre. La violencia política ha focalizado su impacto en regiones específicas, exacerbando el control de los grupos criminales sobre los territorios locales. En muchos territorios la democracia en México se ha convertido en un mecanismo controlado por el crimen organizado.

Sin medidas efectivas y una verdadera voluntad política para enfrentar esta crisis, la democracia mexicana continuará siendo rehén de los intereses criminales.

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