Horacio De la Cruz S.
| @hcsblogEn el escenario político poblano, hace aproximadamente 20 años el tema del agua parece ser como una ‘papa caliente’: nadie quiere quedarse con ella demasiado tiempo, y todos están ansiosos por pasarla al siguiente.
Este juego de "el que sigue que lo arregle" ha sido la estrategia preferida de muchos gobiernos y políticos, mientras el problema del suministro de agua continúa creciendo sin solución a la vista.
La realidad es que el agua es un recurso fundamental para la vida, pero su gestión ha sido descuidada y relegada por aquellos que deberían garantizar su acceso y calidad para todos. Mucho dinero se ha desviado con el discurso del agua, incluyendo su inexistente tratamiento. Ahora las promesas de inversión en infraestructura hídrica suenan huecas y las acciones concretas brillan por su ausencia.
Es fácil encontrar ejemplos de esta negligencia en todas partes. Desde municipios con sistemas de distribución obsoletos hasta la ciudad capital entera que enfrenta crisis de abastecimiento. La falta de atención a la infraestructura hídrica es evidente. Pero, ¿dónde están quienes deberían tomar cartas en el asunto?
En lugar de enfrentar el problema de frente, los gobernantes y políticos en turno optan por jugar a la ‘papa caliente’, pasando la responsabilidad de un lado a otro en lugar de tomar medidas decisivas y urgentes.
La situación empeora, con comunidades enteras sufriendo escasez de agua y enfrentando contaminación debido a la falta de inversión en sistemas de tratamiento y distribución adecuados.
Recordemos. El ex gobernador Mario Marín quebró el sistema público de suministro de agua (SOAPAP). Rafael Moreno Valle Rosas privatizó el agua y favoreció a la empresa que hoy, con otro nombre, se hace cargo del suministro actual. Les concedió un contrato leonino en contra del gobierno motivado por intereses oscuros que Tony Gali continuó de buen modo. El finado ex gobernador Miguel Barbosa Huerta prometió rescindir el contrato privado para regresar al servicio público el agua pero, como hoy Sergio Salomón Céspedes, en los hechos se desentendió del problema.
En un nuevo capítulo de este juego los candidatos al gobierno del estado, Alejandro Armenta (Morena, PT, PVEM) y Eduardo Rivera (PAN,PRI, PRD), se trenzan en dimes y diretes, pero no ofrecen solución concreta alguna. ¿No es hora de que los políticos dejen de esquivar el problema y comiencen a abordar la crisis del agua con la seriedad y la urgencia que merece? Esto significa invertir en infraestructura hídrica, implementar políticas de conservación y gestión eficiente del agua, y rendir cuentas por sus acciones (o la falta de ellas) en este tema crucial. El tiempo de pasar la ‘papa caliente’ ha terminado, cuando menos para los ciudadanos que se enfrentan en esta temporada a la falta del vital líquido en sus hogares a un costo cada vez mayor. ¿Quién será el político que haga un compromiso verdadero con la seguridad hídrica de Puebla y deje de jugar con un recurso tan vital para la vida? La verdad, no lo veo.
Región Global |@regionglobalmx
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