🗳️🚨 @XochitlGalvez enfrenta avalancha de insultos tras filtración de su número. Este episodio revela la peligrosa toxicidad que se apodera de la contienda electoral. ¡La política merece respeto y diálogo, no odio! ✋🏽🤝

Ciudad de México.- La candidata presidencial Xóchitl Gálvez, de la coalición Fuerza y Corazón por México, se convierte en un lamentable ejemplo de la creciente toxicidad que permea la contienda electoral en México.

Tras la filtración de su número telefónico en redes sociales, Gálvez ha sido víctima de miles de mensajes y llamadas, algunos de ellos teñidos de insultos y agresiones verbales.

Durante su conferencia, la candidata mostró la cruda realidad a la que se enfrenta, contestando llamadas en vivo que oscilaban entre muestras de apoyo y expresiones ofensivas. "Eres una perra, el PAN nunca va a ganar y Andrés es mejor presidente que tú", se escuchó en una de las llamadas, a lo que Gálvez respondió con una sonrisa y un simple "te mando un beso".

La candidata ha recibido más de 18 mil mensajes y cientos de llamadas desde que su número fue expuesto, pero destaca que el 95 por ciento de ellos han sido de apoyo.

A pesar de la avalancha de insultos, Gálvez ha decidido no cambiar su número, considerándolo un canal de comunicación importante con la población.

Sin embargo, las amenazas de muerte no se han hecho esperar, llevando a Gálvez a contemplar la posibilidad de presentar una denuncia junto a su equipo de abogados.

Este ambiente tóxico, según Gálvez, es resultado directo de la revelación del número telefónico de la corresponsal del diario The New York Times, Natalie Kitroeff, por parte del presidente López Obrador.

La filtración de números personales, incluido el del hijo mayor del presidente, José Ramón, y otros funcionarios, se ha convertido en una escalada preocupante.

Mientras el presidente califica la situación como "muy vergonzosa", su hijo sugiere que es una venganza por la revelación del número de la corresponsal.

En este contexto, el discurso odioso y las acciones ofensivas se imponen en la contienda electoral, generando un ambiente peligroso para la democracia y la convivencia pacífica.

La violencia verbal y las amenazas deben ser condenadas enérgicamente, recordándonos que la política no debería ser un terreno fértil para la hostilidad y el odio.

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