Piedras Negras, Coahuila.- Un imponente muro, de aproximadamente 6 metros de altura y con una cimentación de 3 metros de profundidad, se extiende desde el ejido Santo Domingo hasta la altura de la tribu Kikapú hacia Guerrero, marcando una barrera física cada vez más impenetrable.
Con 38 kilómetros ya completados, el proyecto se encamina hacia su fase final, proyectando cubrir los 48 kilómetros hasta Guerrero en el plazo de un mes.
La construcción, que opera las 24 horas del día, es una respuesta directa a la urgente necesidad de controlar el flujo migratorio. Se espera que con la implementación del muro, la vigilancia se concentre en la Border Patrol, la Guardia Nacional y la CBP, desde la tribu Kikapú hasta los Puentes Internacionales.
El impacto de la migración en la región es evidente, con 240 migrantes fallecidos el año pasado en la frontera de Coahuila y Texas.
Desde diciembre hasta la fecha, más de 72 mil migrantes han cruzado hacia los Estados Unidos, obligando al gobierno a cerrar los Puentes Internacionales durante un mes.
Este cierre, seguido por el cruce ferroviario, ha resultado en pérdidas millonarias para empresas nacionales y extranjeras.
A pesar de las consecuencias económicas, la construcción del muro cuenta con el apoyo mayoritario de ganaderos en las rancherías de Santo Domingo, Saucito, Congregación los Rodríguez y San Vicente. Ven en esta barrera una medida necesaria para evitar el cruce de migrantes por sus terrenos.
En el lado estadounidense, la maquinaria pesada trabaja incansablemente en la instalación del muro preconstruido, subrayando el ritmo acelerado de este proyecto que busca cambiar drásticamente el panorama migratorio en la región.
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