Ciudad de México.- Desde el pitido inicial, la tensión en el coloso creció a medida que ambos equipos buscaban el gol que los acercara al título. El público, compuesto por 74,954 almas, fue testigo de un encuentro intenso que mantuvo a todos al filo de los asientos.
La primera mitad se caracterizó por atajadas espectaculares, destacando la actuación del portero Nahuel Guzmán y las oportunidades de gol desperdiciadas.
La emoción llegó a su punto álgido cuando, en el minuto 80, Raymundo Fulgencio de Tigres fue expulsado por un manotazo sobre Julián Quiñones, cambiando el rumbo del partido. Con el equipo regio descontrolado emocionalmente, la prórroga se convirtió en el escenario perfecto para la victoria del América.
El estadio retumbó con los goles que marcaron la diferencia: primero, Julián Quiñones rompió la paridad con un doblete que hizo vibrar el Azteca. La euforia se desató y se vio reflejada en la tarjeta amarilla que Nahuel Guzmán recibió por sus protestas. Pocos minutos después, el arquero argentino vio la roja tras cometer una falta sobre Quiñones.
En medio de la intensidad, América se reagrupó y, en un momento de serenidad, Richard Sánchez y Jonathan Rodríguez sellaron la victoria con goles espectaculares al ángulo, marcando el 3-0 definitivo.
El equipo se reunió en el centro del campo, consciente de que se estaban convirtiendo en campeones.
El presidente ejecutivo de la Liga BBVA MX, Mikel Arriola, y el director general de BBVA, Eduardo Osuna, entregaron las merecidas medallas de campeón al Club América, culminando una temporada llena de emociones y superación.
El Azteca, testigo de gestas históricas, se llenó de cánticos y aclamaciones. América, el nuevo rey de la Liga MX, celebra con su afición.
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