No es para menos, después de los devastadores ataques de Hamás y las revelaciones cada vez más precisas sobre el uso de monedas digitales para financiar sus operaciones.
Así que el debate sobre la regulación de estos instrumentos financieros toma nuevos bríos.
Según un informe reciente de Wall Street Journal (WSJ), Hamás y sus afiliados, como las Brigadas Al-Qassam, han recurrido a una variedad de criptomonedas, incluida dogecoin, así como monedas estables como Tether y USDC.
Además, Elliptic, una empresa que monitorea transacciones de criptomonedas, señaló que las billeteras asociadas a Hamás han estado involucradas en actividades de inversión en "protocolos defi" y recaudación de ganancias mediante Solana, una criptomoneda respaldada por figuras notables como Sam Bankman-Fried de FTX.
Estos hallazgos subrayan la capacidad de los grupos terroristas para utilizar criptomonedas de diversas formas en sus operaciones financieras.
Sin embargo, también hay voces que argumentan en defensa del uso de las criptomonedas sin restricciones.
Se dice que las criptomonedas no son la herramienta de elección para el financiamiento del terrorismo, ya que son fácilmente rastreables.
Además, se plantea la cuestión de que, en ausencia de criptomonedas, estos grupos habrían encontrado otras formas de canalizar fondos a través de medios más tradicionales, como oro, cuentas bancarias sospechosas o efectivo.
Ahora bien, es cierto que las criptomonedas ofrecen un nivel de trazabilidad que las hace menos atractivas para actividades ilícitas en comparación con el efectivo.
Sin embargo, es innegable y sobra evidencia de que su uso está en crecimiento en el mundo del financiamiento del terrorismo, lo que plantea la necesidad de regulaciones más estrictas y de una mayor cooperación internacional para abordar esta cuestión.
La lucha contra el financiamiento del terrorismo es una tarea compleja, siempre lo ha sido.
Las criptomonedas plantean un nuevo desafío en este frente.
Así que a medida que el uso de criptomonedas continúa expandiéndose, es esencial que los gobiernos y las organizaciones internacionales trabajen juntos para desarrollar estrategias efectivas de prevención y detección en usos ilícitos y criminales.
Después de los ataques terroristas de Hamás de la semana anterior, queda claro que esto es esencial no sólo para garantizar la seguridad financiera global, sino también para proteger los valores fundamentales de paz y estabilidad.
Horacio De la Cruz S., para Región Global | regionglobal@gmail.com |twitter: @regionglobal | facebook: /regionglobal
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