Ciudad de México.- El protagonista de esta iniciativa es el senador morenista Alejandro Rojas Díaz Durán, quien ha propuesto una reforma constitucional que crea la figura de la "senaduría honorífica" para los expresidentes, planteando así una pregunta intrigante: ¿será Andrés Manuel López Obrador, el próximo ex presidente que ocupe un escaño en el Senado de la República?
La esencia de esta propuesta radica en otorgar un espacio en el Senado de la República a los expresidentes mexicanos una vez que finalizan sus mandatos. Según Rojas Díaz Durán, esta medida tiene como objetivo "darle valor a la experiencia y al conocimiento" de los exmandatarios, reconociendo así su aporte al país. Sin embargo, la reforma también establece límites y condiciones precisas.
La modificación propuesta se centra en el artículo 56 de la Constitución mexicana, que permitiría a los expresidentes unirse al Senado inmediatamente después de concluir su mandato. No obstante, estos expresidentes no recibirán remuneración por su trabajo en la Cámara alta, ni formarían parte del quórum, ni se unirían a alguna fracción parlamentaria. Su participación estaría restringida a la mera expresión de su voz en el debate legislativo y, por supuesto, contaría con fuero constitucional.
La iniciativa también establece que esta "senaduría honorífica" aplicaría únicamente a los expresidentes que hubieran sido electos democráticamente o que hayan asumido el cargo como sustitutos. Su período en el Senado sería de seis años inmediatos a la terminación de su presidencia, a menos que opten por no ejercer este derecho.
Si la propuesta es aprobada, esta reforma constitucional entraría en vigor a partir de Andrés Manuel López Obrador, lo que significa que sería el único expresidente que podría formar parte del Senado una vez que concluya su cargo como mandatario federal. Ningún otro expresidente tendría esta oportunidad, al menos bajo las condiciones planteadas en la reforma.
En sus argumentos para respaldar esta iniciativa, el senador Rojas Díaz Durán enfatiza que su propósito no es perpetuar en el poder a un expresidente, sino más bien otorgar reconocimiento a la experiencia acumulada durante su mandato y permitirles continuar su participación en la vida política, pero en el ámbito parlamentario.
En última instancia, el futuro de esta propuesta y la pregunta sobre si AMLO se convertirá en senador una vez que finalice su mandato presidencial están en manos de los legisladores y el debate público.
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