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El que no iba a endeudar a México, también en eso mintió.

El truco contable para esconder el endeudamiento público por parte del secretario de Hacienda y Crédito Público, Rogelio Ramírez de la O, no dio resultados.

La deuda pública al final del sexenio de Andrés Manuel López Obrador registrará un aumento estimado del 59%.

Detrás del nuevo endeudamiento se encuentran las muy costosas megaobras (Tren Maya, Tren Transístmico y Refinería dos bocas), así como la orientación populista del gasto gubernamental, y el apalancamiento a la Comisión Federal de Electricidad y Petróleos Mexicanos.

Lo más grave de este endeudamiento, a diferencia de lo que sostiene el presidente, es que el gasto y las inversiones realizadas en su sexenio, no garantizan recursos a futuro.

Garantizan, eso sí, que las generaciones futuras de contribuyentes cargarán con impuestos altos por los onerosos caprichos presidenciales.

Para 2024, oficialmente, la deuda pública será de aproximadamente 49% del PIB.

Sin embargo, esta cifra subestima la magnitud real del endeudamiento.

A junio de este año, la deuda pública aumentó 33.5%, en comparación con 2018. Al final del sexenio habrá crecido 59%.

Así que no espere que 2024 sea un año de crecimiento.

Las finanzas públicas van a estar más apretadas.

El incremento del Producto Interno Bruto no será de 3%, sino de apenas un mediocre 1.7%.

El déficit público aumentará más de lo estimado.

La inflación, las tasas de interés y el tipo de cambio, reducirán el ingreso real disponible de la mayor parte de la población.

¡Gracias López Obrador!

Horacio De la Cruz S. | Twitter: @hcsblog | HCSblog