El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, frecuentemente se queja en EU por el preocupante incremento en el poderío armamentístico de los grupos del crimen organizado en México. Sin embargo, sus palabras revelan más allá del conocimiento del problema, la falta de propuestas concretas y soluciones efectivas para abordar la problemática del crímen que tanto afecta al país.

Ebrard informó que el promedio de armas en posesión de cada miembro del crimen organizado ha aumentado a ocho, en comparación con los cinco que se registraban anteriormente. ¿Y los abrazos y no balazos que le aplaudió por más de cuatro años al presidente Andrés Manuel López Obrador?

Es claro que los criminales prefieren los balazos, las armas. Así que, si bien es importante tener conocimiento de los datos del canciller, es desalentador escuchar que no plantea estrategias efectivas para combatir este fenómeno alarmante.

El secretario de Relaciones Exteriores insiste en que las autoridades estadounidenses deben ayudar a frenar el tráfico ilegal de armas hacia México. Si bien es cierto que la cooperación internacional es fundamental, resulta insuficiente esperar que otros países resuelvan por nosotros un problema que también es responsabilidad de las autoridades mexicanas. Es necesario que Ebrard y su equipo presenten acciones concretas para fortalecer la seguridad en nuestras fronteras y evitar el ingreso ilícito de armamento.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha mostrado interés en controlar la venta de armas, pero no podemos confiar únicamente en medidas externas. México debe asumir un papel protagónico en la lucha contra el crimen organizado y el tráfico de armas.

Eso de los “abrazos” ya costó más de 150 mil asesinatos y el canciller, como AMLO, sigue culpando a otros más por lo que ocurre en México.

Ebrard mencionó que la Secretaría de la Defensa Nacional está reforzando la frontera y ha adquirido equipos de vigilancia para controlar el flujo de personas y vehículos. Si bien estas medidas son necesarias, es fundamental que vayan acompañadas de estrategias integrales que aborden las causas subyacentes de la violencia y el crimen en nuestro país.

Es preocupante que el canciller no ofrezca más que diagnósticos y peticiones de apoyo externo.

Quiere ser presidente, pero México necesita líderes políticos que propongan soluciones innovadoras y efectivas, que aborden las raíces del problema y promuevan una verdadera transformación en materia de seguridad. La falta de una estrategia clara y coherente sólo perpetúa la vulnerabilidad de los ciudadanos y debilita la confianza en las instituciones de seguridad.

No es la corcholata favorita de AMLO, ya se sabe, pero ojalá Marcelo Ebrard asuma la parte de responsabilidad que le corresponde.

Horacio De la Cruz S. | Twitter: @hcsblog | HCSblog | Foto: Marcelo Ebrard | Seguridad de los Pacientes 10a Cumbre