La Secretaría de Educación Pública (SEP) del estado de Puebla, Isabel Merlo Talavera, sin proponérselo, se encuentra frente a un escándalo de corrupción que ha puesto en entredicho la integridad de la institución y sus prácticas de asignación de plazas a maestros.

Ha aceptado que más de 70 denuncias penales han sido presentadas por presuntas irregularidades en este proceso, y la Fiscalía General del Estado de Puebla ha asumido la responsabilidad de investigar estos casos.

En el centro de estas denuncias se encuentran las plazas del tipo “C”, las cuales son las más codiciadas debido a su alta remuneración, superando en varios casos los 60 mil pesos mensuales. Sin embargo, se ha descubierto que estas plazas han sido otorgadas a personas que no cumplen (o no cumplían en el momento de ser asignadas) con los requisitos establecidos, como nivel académico y antigüedad, entre otros.

Si bien hasta hace algunos años estas plazas las concedía el gobernador en turno, el escándalo actual de corrupción parece que tiene sus raíces en los más altos niveles directivos de la Secretaría de Educación de Puebla y las dirigencias sindicales correspondientes.

Especialmente en la sección 51. Es lamentable que algunos miembros de las secciones, incluyendo la 23, hayan abusado de su poder en el pasado, otorgándose beneficios indebidos. Es una muestra clara de cómo la corrupción ha permeado entre las paredes de la dependencia, generando un entorno de impunidad que perjudica tanto a los maestros como a la institución en general.

También es preocupante pensar que la secretaria de Educación de Puebla, Isabel Merlo Talavera, pueda estar al tanto de estos casos de corrupción y opte por no tomar medidas contundentes al respecto. Si este fuera el caso, estaríamos frente a una funcionaria formada en la vieja escuela priísta, donde la corrupción y la impunidad eran moneda corriente.

Existen pruebas contundentes sobre la asignación irregular de plazas titularidad “C”, principalmente en la sección 51 del SNTE.

Es el caso de una dirigente sindical fallida que buscó la dirigencia actual de la sección 51 camuflándose, como su planilla, color Rosa, quien ha utilizado sus posiciones sindicales pasadas para gestionar plazas titularidad “C” tanto para ella como para su hermano, cuñada, hijo, nuera (...), convirtiéndolas en un patrimonio familiar que le genera enormes dividendos.

Además, se le han detectado direcciones escolares y aviadurías más allá de la supervisión que ostenta, en manos de sus familiares y amistades quienes deben rendirle cuentas y reportar beneficios económicos a esta ex líder corrupta para que mantenga su estatus que incluye viajes frecuentes a Nueva York, compras de lujo y adquisición de propiedades resultado de la ordeña de recursos a la SEP. a través de innumerables plazas y otros recursos que abordaremos en otra ocasión.

La secretaria Merlo Talavera debe mostrar voluntad política para abordar estos asuntos y darlos a conocer al fiscal Gilberto Higuera Bernal.

Merlo Talavera tiene en sus manos la oportunidad de cambiar esta situación y poner fin a la corrupción que ha permeado en la Secretaría de Educación Pública de Puebla.

Es necesario que investigue de manera diligente estos casos y tome acciones contundentes contra los responsables. Los recursos públicos destinados a la educación deben ser utilizados de manera transparente y en beneficio del magisterio, no para el enriquecimiento personal de unos pocos.

Ella sabe que la educación es uno de los pilares fundamentales para el desarrollo de Puebla. Si no toma medidas firmes, no podrá contar con la confianza de las maestras y los maestros. Tiene la oportunidad de mostrar compromiso con la honestidad y la excelencia educativa. Allá ella si la desaprovecha.

Horacio De la Cruz S. | Twitter: @hcsblog | HCSblog