El Partido Acción Nacional (PAN), una de las fuerzas políticas más importantes en México, ha sido históricamente reconocido por su defensa de los valores democráticos y su promoción de la participación ciudadana. Sin embargo, a unos días del desenlace de la elección en el Estado de México, pareciera que la cúpula panista ha perdido de vista su compromiso con la apertura y la inclusión de la sociedad en la toma de decisiones.

Y esto se observa no sólo para el caso de la candidatura presidencial, sino también en algunas entidades donde habrá elección de gobernador para el siguiente año.

A pesar de los discursos en los que los dirigentes blanquiazules hablan de una gran alianza con los ciudadanos, los hechos muestran una realidad distinta: La resistencia de la cúpula panista a abrir la candidatura presidencial del PAN a la participación ciudadana.

Pareciera que el liderazgo del partido, encabezado por Marko Cortés, busca asegurarse el control absoluto sobre la toma de decisiones, dejando de lado la participación y la integración real de la sociedad.

Recientemente, surgieron propuestas para establecer filtros y requisitos restrictivos para los candidatos ciudadanos que deseen competir primero dentro del PAN y luego en la alianza Va por México. Una de estas propuestas planteaba la necesidad de obtener un millón de firmas de ciudadanos como requisito para postularse. Aunque esta idea no fue discutida formalmente en la sesión de Consejo Nacional del partido, su mera existencia refleja una actitud preocupante.

Abrir las puertas del PAN a los ciudadanos no debería ser una cuestión debatible o sujeta a restricciones excesivas. Si el partido realmente desea formar una alianza genuina con la sociedad, debe estar dispuesto a recibir a aquellos ciudadanos que se toman en serio la convocatoria y desean participar activamente en la vida política del país. Las barreras y filtros propuestos sólo refuerzan la percepción de que el PAN no busca integrarse con la sociedad, sino servirse de ella.

Es comprensible que los partidos políticos tengan mecanismos para seleccionar a sus candidatos y garantizar que sean personas idóneas y comprometidas. Sin embargo, es fundamental que estos procesos sean transparentes, inclusivos y abiertos a la participación ciudadana. La resistencia de la cúpula panista a abrirse a los externos que buscan una alianza real con la sociedad genera desconfianza y socava los principios democráticos que el PAN dice defender.

Es momento de que el PAN reflexione y reafirme -o niegue- su compromiso con la participación ciudadana. Si realmente desea ser un partido que represente los intereses de la sociedad, debe demostrarlo con acciones concretas, permitiendo una apertura real en la selección de sus candidatos y fomentando una verdadera alianza con los ciudadanos.

De lo contrario, el discurso vacío de una alianza con la sociedad se convertirá en mera retórica, dejando al PAN como un partido desconectado de las demandas y aspiraciones de la ciudadanía.

Horacio De la Cruz S. | Twitter: @hcsblog | HCSblog