La propiedad es propiedad de Guillermina Aurea Álvarez Cadena, asistente personal de la directora de La Jornada, un periódico que es uno de los mayores contratistas publicitarios del gobierno de López Obrador.
La casa de Coyoacán se ha vinculado a la residencia conocida como la "Casa Gris" en Houston, Texas, que López Beltrán “rentó” en 2019. La Casa Gris pertenecía anteriormente a un alto ejecutivo de Baker Hughes, un contratista de Pemex, la empresa petrolera estatal mexicana.
La conexión de López Beltrán con contratistas gubernamentales ha sido objeto de escrutinio en México, y la noticia de la segunda casa solo ha avivado la controversia.
Además, se ha informado que la familia de López Beltrán recibió tratamiento preferencial por parte del ejército después de que los tres contrajeran COVID-19. La familia recibió atención médica en la casa de Coyoacán, donde se instaló un servicio de enfermería del Ejército.
Los informes de la Secretaría de la Defensa Nacional que fueron hackeados por el colectivo Guacamaya también revelaron que la familia de López Beltrán recibió atención médica en una propiedad que pertenece a la asistente de la directora de La Jornada.
Los periodistas de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) confirmaron la propiedad a través de una revisión de documentos.
La revelación de la segunda casa ha provocado críticas en México, ya que López Obrador ha hecho de la lucha contra la corrupción uno de los pilares de su gobierno. Además, la conexión de López Beltrán con contratistas gubernamentales ha llevado a algunos a cuestionar si su relación ha influido en la asignación de contratos públicos.
La familia de López Beltrán ha mantenido un perfil bajo desde la revelación de la segunda casa, pero la noticia ha avivado las críticas al gobierno de López Obrador y ha llevado a una mayor atención sobre la relación entre el presidente y los medios de comunicación.
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