El coordinador de la bancada de Morena en el Senado, Ricardo Monreal Ávila, se encuentra en un estado de limbo político.

A pesar de haber sido un operador político eficiente del presidente López Obrador durante los primeros tres años de su gobierno, su papel se desgastó después de las elecciones de 2021 cuando el mandatario lo acusó de contribuir a la derrota de Morena en la Ciudad de México.

El presidente lo marginó, retirándole su calidad de interlocutor directo y cancelando sus reuniones semanales de desayuno en el despacho presidencial.

Ahora, de acuerdo con el columnista Salvador García Soto, Monreal se encuentra confrontado con la oposición, que lo acusa de traicionar los acuerdos para nombrar a un comisionado del INAI, y marginado en Morena, donde los afines a la alcaldesa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, preparan una convocatoria a una reunión extraordinaria de la fracción parlamentaria de Morena para solicitar la elección abierta y por voto directo y secreto de un nuevo coordinador parlamentario que sustituya a Monreal.

Mientras tanto, su proyecto político para el 2024 ha perdido impulso y fuerza, y aunque lo meterán en las encuestas, nadie apuesta por él como posible abanderado de Morena.

Su alianza interna sigue siendo con Marcelo Ebrard, pero la única posibilidad de un resurgimiento con fuerza del monrealismo depende solo de que Ebrard y él decidan romper con Morena y la 4T para buscar lanzar un proyecto conjunto en el que el canciller sería candidato a la Presidencia de la República y Monreal podría acompañarlo como operador de la campaña y posible candidato a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.

Aunque muchos opositores del presidente López Obrador invocan esa posibilidad, ninguno de los dos parece dispuesto a pagar el alto costo si se convierten en el factor que fracture al oficialismo y ponga en riesgo real de perder el poder al mandatario.

La única salida viable que se ve para Monreal es la negociación y aceptar lo que le puedan ofrecer desde el Gobierno.

Si se concreta su anunciada defenestración del liderazgo parlamentario del oficialismo, seguirá siendo un político importante y de referencia, pero sin posibilidades reales para el 2024 y sin tener ya la misma confianza de la oposición.

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