El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, recibió a sus hijos mayores, José Ramón y Andrés López Beltrán, en Palacio Nacional.

Un encuentro obligado después de que los hijos del mandatario se vieran involucrados en diversos escándalos en los últimos días.

Recientemente, se dio a conocer que un grupo de empresas cuyos dueños o socios son amigos o conocidos de Andrés López Beltrán han obtenido contratos del gobierno federal por más de 100 millones de pesos.

El presidente lo aceptó.

Además, se denunció que José Ramón López Beltrán, el hijo mayor del presidente, reside en una casa propiedad de una asistente de la dirección del periódico La Jornada.

El presidente ha minimizado los escándalos. Asegura, además, que sus hijos no son corruptos.

Sin embargo, en sus palabras, ya los “tiznaron”.

Y cómo no si la llegada de los hijos mayores del presidente a Palacio Nacional, en camionetas parecidas a las utilizadas por la presidencia de la República, ha generado aún más controversia.

Así que legitimar la imagen de los hijos del mandatario ante la opinión pública no será fácil. Sobre todo en un país donde la corrupción es un problema estructural.

La cercanía de los hijos del presidente con el poder y el uso de los recursos públicos para favorecer a amigos y conocidos seguirán siendo temas polémicos.

La llegada de los hijos mayores del presidente a Palacio Nacional, cómo se parece a aquello donde la política y los negocios en México están estrechamente relacionados, además de retratos de nepotismo en medio de falta de transparencia.

Horacio De la Cruz S. | Twitter: @hcsblog | HCSblog