Era un día soleado en Puebla, perfecto para disfrutar de un paseo en bicicleta o caminar en familia. El domingo celebramos el día del niño, y varias familias aprovecharon la oportunidad para salir a disfrutar del aire libre.

La recta a Cholula era un lugar ideal para pasear en bicicleta, con su amplia carretera y hermosas vistas.

Sin embargo, la diversión se convirtió en tragedia cuando un conductor desquiciado apareció en escena. El conductor, todo un animal rabioso al volante de una camioneta blanca Honda CRV había perdido la cordura y decidió ignorar las señaléticas y acelerar su vehículo a más de 100 kilómetros por hora.

Las víctimas de este energúmeno, lamentablemente recibieron un impacto mortal.

Quienes paseaban en bicicleta jamás imaginaron el encuentro con este homicida. Niños acompañados de sus padres, disfrutando del día y de la compañía de sus seres queridos, también pudieron ser víctimas.

Todo cambió en un instante cuando el conductor desquiciado arrolló a varios ciclistas.

Una persona joven perdió la vida en el acto, y varias más resultaron gravemente heridas.

Previamente el conductor chocó contra dos patrullas de Coronango y agredió a policías estatales.

Tras los lamentables acontecimientos, como todo un cobarde irresponsable, el conductor huyó del lugar, abandonando su camioneta y dejando atrás la tragedia que había causado.

El joven que perdió la vida se llamaba Agustín, un ciclista de 16 años que disfrutaba del paseo con su acompañante. Agustín era sobrino del diputado y dirigente del PRI, Néstor Camarillo.

La noticia de su muerte, del trágico atropello, sacude a Puebla y debería mover conciencias y, sobre todo, a la autoridad más allá de las redes sociales y de los mensajes de apoyo para la familia y amigos de la víctima.

Se sabe que el conductor ASESINO responsable del trágico accidente fue detenido por las autoridades. Sin embargo, nada puede devolver la vida de Agustín ni borrar el dolor y el sufrimiento que ha causado en las familias afectadas.

Este domingo, “día del niño” en la recta a Cholula, la diversión se convirtió en tragedia por la imprudencia de un conductor desquiciado.

No queda más que acompañar a la comunidad ciclista en su exigencia de justicia y debe estar en alerta para evitar futuros incidentes similares y exigir a las autoridades medidas más estrictas para prevenir la pérdida de vidas inocentes en nuestras carreteras.

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