El sepulcro del Plan B está incompleto. Lo que vimos hace unos días puede ser solo el comienzo de una serie de derrotas judiciales para el presidente y su cuerpo de legisladores.
El exministro de la SCJN, José Ramón Cossío, prevé que en junio o julio se resolverá la impugnación a las cuatro leyes de la segunda parte del Plan B, lo que podría llevar a su completa invalidación.
Más todavía, de acuerdo con el ex ministro, es altamente probable que las leyes aprobadas en la llamada "noche negra" del Senado sigan el mismo derrotero.
El senador Alejandro Armenta, tan eficiente aquella noche en la que cada 10 minutos se aprobaron las reformas estatutarias que previamente había votado la Cámara de Diputados, no va a estar nada contento.
Es muy probable que para entonces el tablero político ya cuente con los resultados electorales del Estado de México y Coahuila, y Morena haya trazado la ruta definitiva para la elección de la corcholata presidencial.
En Puebla, la puja por la candidatura de Morena al gobierno del estado, si las reformas de la “noche negra” se invalidan, van a nublar el panorama del senador Alejandro Armenta, pero también de su primo, el diputado Ignacio Mier.
Va a ser un hervidero político.
En respuesta, se advierten riesgos para la división constitucional de los poderes en el país y más todavía si los legisladores de Morena avanzan en las modificaciones profundas que ponen en riesgo la independencia del poder judicial.
El tema para los siguientes días no será si la SCJN ha actuado de acuerdo a lo que dicta la Constitución, sino cómo frenar al Poder Judicial, sin importar que la tensión política en México siga en aumento.
Con toda seguridad escucharemos a Alejandro Armenta y Nacho Mier, palabras duras para los ministros del máximo tribunal del país que -según se observa- Constitución en mano están decididos a frenar las iniciativas presidenciales que tan eficientemente los legisladores aprobaron.
Horacio De la Cruz S. | Twitter: @hcsblog | HCSblog
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